Entrevista:PEDRO MOLINA TEMBOURY | Escritor | Signos

"De todas las expectativas de Centroamérica no se ha cumplido ninguna"

El novelista y guionista Pedro Molina Temboury (Málaga, 1955) es un artista de la palabra muy versátil. Fundó el Centro Cultural Español en Buenos Aires, ha escrito guiones para series de televisión, y recibió el premio Ondas en 2001 por el documental El laberinto del Tíbet. Pero la mejor lotería le tocó hace 15 días. En 2003 hizo realidad el sueño de muchos y recorrió Centroamérica en un apasionante viaje de tres meses junto a la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás. Escribieron sus vivencias a cuatro manos y el resultado, Volcanes dormidos, lo edita este mes Edicione...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El novelista y guionista Pedro Molina Temboury (Málaga, 1955) es un artista de la palabra muy versátil. Fundó el Centro Cultural Español en Buenos Aires, ha escrito guiones para series de televisión, y recibió el premio Ondas en 2001 por el documental El laberinto del Tíbet. Pero la mejor lotería le tocó hace 15 días. En 2003 hizo realidad el sueño de muchos y recorrió Centroamérica en un apasionante viaje de tres meses junto a la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás. Escribieron sus vivencias a cuatro manos y el resultado, Volcanes dormidos, lo edita este mes Ediciones B tras ganar el VIII Premio Grandes Viajeros, dotado con 30.000 euros y una vuelta al mundo por valor de 12.000 euros.

Pregunta. El sugerente título de Volcanes dormidos, ¿es un símil social o político?

Respuesta. Evoca la metáfora de esos volcanes sociales en erupción durante los años ochenta en Centroamérica. Queríamos ver qué había sido de ellos con la llegada de la paz y la democracia. La conclusión es agridulce, pues de todas las expectativas no se ha cumplido ninguna.

P. Descríbame ese sabor.

R. En Guatemala, con un 65% de población indígena, su representación parlamentaria no alcanza los 10 diputados de un total de 110. Nicaragua está aún peor, y el liberalismo salvaje ha aumentado el sector de excluidos. La frustración económica es enorme pero a la vez la gente conserva su manera cálida de sentir. La diferencia fundamental es que ya no los matan.

P. ¿Cómo surgió la idea de meterse en la piel de un gran viajero durante tres meses?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

R. Todo comenzó como un encargo de una fundación que quería subvencionarnos un viaje para luego relatarlo. Barajamos destinos como el Mar Negro, pero al final nos unió la coincidencia de haber trabajado en el universo americano que Rosa y yo conocíamos por separado. Nos deslumbró la belleza de paisajes y fronteras, pero también esas capitales con una variedad increíble.

P. ¿Por qué eligieron esos peculiares seudónimos, Nicarao y Candelaria?

R. Nicarao fue un cacique indígena de Nicaragua que cuando los conquistadores españoles le pidieron sometimiento, éste les contestó que debían estar borrachos, ya que ni siquiera se conocían. Candelaria fue una opción personal de Rosa, ya que curiosamente se decantó en primer lugar por Katrina, pero luego le pareció que sonaba muy estadounidense y lo cambió por Candelaria.

P. ¿Y qué tal compañera de viaje es Rosa Regás?

R. Ya éramos amigos antes del viaje y el principal problema fue encontrar los tres meses en nuestras agendas. Con todos los imprevistos fue bien, porque Rosa tiene mucho sentido del humor y capacidad para meterse en mil líos mientras viaja. El primero no tardó en llegar y perdimos el avión vestidos para los trópicos en pleno invierno del aeropuerto de Ámsterdam.

P. ¿Cómo organizaron tal periplo?

R. El modus operandi era llegar a la capital para entrevistarnos con escritores y políticos y además con ex combatientes de las distintas guerrillas. De todas las charlas me quedo con las cenas con Sergio Ramírez, escritor y anterior vicepresidente de Nicaragua, ahora muy crítico con el sandinismo. Decidimos apagar la grabadora y preferimos recordar las conversaciones a posteriori en la habitación de hotel.

P. ¿Qué medio de transporte utilizaron para traspasar tantas fronteras?

R. De todo. Llegamos en avión, pero luego alquilamos un coche, cogimos autobuses, barcos... Tampoco desdeñamos las camionetas de ONG para llegar hasta los pueblos indígenas.

P. En su obra anterior, Por pasiones así, denunció una falta de solidaridad de España hacia Argentina, ¿la padece también Centroamérica?

R. Por un lado está la cooperación con medicinas y educación, de resultados exiguos debido a los precios de derribo. Por el otro está el nuevo ejecutivo con sueldos espectaculares, que actúa con prepotencia y produce resquemor al darse ínfulas de país desarrollado.

P. ¿Fueron duros los cambios de clima?

R. Llegamos en enero, con la estación seca y fue estupendo no padecer los mosquitos, la pesadilla de los españoles en Costa Rica. Aún así el clima es muy cambiante, debido a la Cordillera Central a más de 3.000 metros.

P. ¿Qué rescata después de 90 días de viaje?

R. A Honduras apenas van turistas pero tiene una costa de los mosquitos de cara al Caribe fascinante. Es un mar que no tiene memoria y todos sus habitantes viven en el presente. Un paraíso por descubrir.

P. ¿Y con ese arrebatador premio?

R. Pues aún no hemos mirado el mapamundi para decidir por dónde tirar. Tampoco hemos visto fechas, pero pronto, en la entrega del premio, algo decidiremos...

Sobre la firma

Archivado En