Estalla una bomba en el puerto de Valencia a pocos días de una huelga de estibadores

El artefacto, de fabricación casera, causó daños en la Sociedad Estatal de Estiba y DesestibaResponsables portuarios, sindicatos y transportistas condenan enérgicamente el sabotaje

Una bomba de fabricación casera causó en la madrugada de ayer daños materiales en la sede de la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba de Valencia (Sevasa) en el puerto. La explosión se produjo a las 4.20. El artefacto fue arrojado desde la calle al interior del despacho del gerente de Sevasa. Fuentes de la investigación descartan una acción terrorista y se mantienen abiertas varias hipótesis, desde la que relaciona el hecho con un sabotaje por el conflicto colectivo, a una venganza personal. La explosión, en cualquier caso, se produce a pocos días de una huelga convocada por los estibadores c...

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Una bomba de fabricación casera causó en la madrugada de ayer daños materiales en la sede de la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba de Valencia (Sevasa) en el puerto. La explosión se produjo a las 4.20. El artefacto fue arrojado desde la calle al interior del despacho del gerente de Sevasa. Fuentes de la investigación descartan una acción terrorista y se mantienen abiertas varias hipótesis, desde la que relaciona el hecho con un sabotaje por el conflicto colectivo, a una venganza personal. La explosión, en cualquier caso, se produce a pocos días de una huelga convocada por los estibadores contra la Ley de Puertos.

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La policía nacional se hizo cargo de la investigación. No fue necesario evacuar porque las oficinas se encontraban vacías a esas horas de la madrugada, aunque relativamente cerca de ese punto ubicado en la zona sur del puerto sí había actividad. Los especialistas en explosivos, Tedax, no encontraron más material que los restos de la bomba lanzada supuestamente desde la calle al interior del despacho del gerente de Sevasa, cargo que ocupa Ricardo Mallach. La ventana estaba forzada, con el cristal roto. El artefacto explotó en el interior del despacho y provocó un pequeño incendio. El resultado fue de daños cuantiosos pero no importantes en la oficina del director gerente (en ordenadores, mesa, y talla), así como en al menos otros dos despachos contiguos. Al cierre de esta edición, y una vez inspeccionadas las dependencias por los técnicos de bomberos horas después del suceso, fuentes de la investigación confirmaban que los daños materiales en ningún caso afectaban a elementos estructurales del edificio.

Ricardo Mallach, en declaraciones a un periódico digital, dijo que "no hay que dejar volar la imaginación" al apuntarse la posibilidad de que el sabotaje guardara relación con la negociación. "No tiene sentido actuar aquí cuando Valencia no tiene poder para decidir", añadió.

La ausencia de aviso y de reivindicación de la explosión, así como la rudimentaria fabricación del artefacto hicieron que la policía descartara a primera hora de la mañana de ayer que se tratara de la acción de una banda terrorista. A partir de ahí, y según fuentes de la investigación, pocas cosas quedaron claras ayer. La pirotecnia y el material de armería que configuraban el artefacto no señalan especialmente nada ni a nadie, precisamente por su naturaleza común y fácil acceso.

La primera hipótesis abrió las pesquisas en torno al conflicto colectivo de los estibadores, pero en un contexto de problemas más amplio que ha vivido el puerto en los últimos meses con la quema de camiones. El colectivo de estibadores tiene convocada una huelga en los puertos españoles los días 4, 5 y 6 de octubre como protesta por la Ley de Puertos con medidas de liberalización que el sector rechaza. A pesar de que en los últimos meses no se han registrado incidentes con los estibadores como protagonistas, tanto en 2003 como en 2004 realizaron varias jornadas de paro intermitente que hicieron saltar voces de alarma sobre el perjuicio económico para el puerto. Y en el transporte, en los últimos meses, se han sucedido sabotajes que han provocado el incendio de cerca de de 30 camiones. Diez directivos de Transcont (patronal que agrupa a los transportistas autónomos) permanecen imputados y en libertad bajo fianza por extorsiones.

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Pero los investigadores, que mantienen que el destino de la bomba no fue casual porque había que saber dónde estaba el despacho del gerente, también rastrean otras hipótesis, como la venganza por un problema laboral individual o la revancha de un empleado con un conflicto personal. Las diligencias aún no habían pasado al cierre de esta edición al Juzgado de Instrucción en funciones de guardia ni se había practicado detención alguna en relación con los hechos. Tanto la Autoridad Portuaria, la propia Sevasa, los sindicatos y el transporte expresaron ayer su más rotunda repulsa a la acción que ayer sembró la alarma en el puerto.

En Canarias, el presidente de Puertos del Estado, Mariano Navas, fue increpado y zarandeado por estibadores del puerto de Las Palmas de Gran Canaria en protesta por el proyecto de la nueva Ley de Puertos.El Puerto de Valencia volvió ayer a ser noticia por motivos ajenos a su actividad comercial. La explosión en la sede de Sevasa cayó como un jarro de agua fría sobre la normalidad de las instalaciones. Pese a ello, la actividad de carga y descarga de mercancías siguió con normalidad en el transcurso de la jornada y no se interrumpió ni un solo servicio, según aseguraron en diversas ocasiones fuentes oficiales de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV). En las instalaciones trabajan 850 estibadores.

El rechazo a los hechos fue general. La APV y Sevasa condenaron "enérgicamente", en un comunicado, hechos que calificaron de "vandálicos" y para los que pidieron un esclarecimiento rápido y la "puesta a disposición de la justicia de sus responsables".

Las condenas llegaron también desde la estiba. El portavoz en Valencia de la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar, Aurelio Gabarda, declaró ayer a la agencia Efe que lo ocurrido en el puerto de Valencia es "muy grave". Al igual que Rafael Egea, secretario del comité de empresa de Sevasa en Valencia (Coordinadora) y que dijo que los trabajadores están "asustados", Gabarda explicó que los estibadores son los más perjudicados y podrían haber resultado heridos. Los dos responsables exigieron que se depuren responsabilidades.

Gabarda regresó ayer de Madrid, donde se encontraba para asistir a una reunión de la comisión mixta -patronal, sindicatos y Puertos del Estado- tras el aviso de huelga para la estiba convocada para los días 4, 5 y 6 de octubre en protesta por el borrador de Ley de Puertos del Estado. La huelga la convocan la Coordinadora de Trabajadores del Mar, el sindicato gallego CIG (Confederación Intersindical Galega), la Intersindical Canaria (IC) y el vasco LAB.

La reunión ayer en Madrid tuvo continuidad en la tarde noche de ayer y con ella se intentaba mediar en los paros. Fuentes de la negociación, con todo, explicaron que las posibilidades de que de la reunión de ayer saliera una desconvocatoria de la huelga eran pocas. La estiba rechaza de plano la reforma de la Ley de Puertos que recoge medidas de liberalización que consideran perjudiciales. El borrador recoge, entre otras cuestiones, la figura de la autoasistencia o autoprestación, que permite a las empresas realizar algunos servicios sin recurrir a la estiba. Los estibadores, por otro lado, consideran que el texto pretende desmantelar la sociedad de estiba al permitir y fomentar (mediante bonificaciones) la contratación de trabajadores por parte de las empresas, lo que podría llegar a desvincular a la mitad de la plantilla del Sevasa (participada al 51% ahora por las distintas autoridades portuarias).

Por eso, y tras meses de negociación, ayer se sentaron de nuevo en Madrid para reclamar la retirada del texto.

La huelga de los días 4, 5 y 6, en cualquier caso, coincidirá en el último día con los paros de cuatro horas a los que están convocados los puertos europeos para protestar contra la directiva que prepara Bruselas sobre la actividad portuaria y que también cuenta con la oposición del sector.

Coordinadora explicó que esta mañana se ha convocado a los trabajadores a una asamblea informativa y por la tarde espera poder reunirse con representantes de Sevasa y de la APV.

Esta situación no es la única preocupación del puerto. En los últimos dos años, la entrada de nuevos operadores de transporte de mercancías en el puerto de Valencia ha provocado tensiones entre los profesionales del sector que han manifestado su peor versión en sucesivos episodios de quema de vehículos, amenazas y coacciones. De hecho, un juzgado de Valencia investiga supuestas extorsiones de diez transportistas a compañeros de otra asociación.

Las condenas ayer llegaron también desde CC OO-PV y UGT-PV. El coordinador del sector del Mar de CC OO-PV, Bernat Albentós, rechazó los hechos y tras pedir que no se culpe al "mundo de la estiba" apuntó hacia algún "descerebrado que puntualmente utiliza estas cosas para otros fines". El delegado de UGT-PV en Sevasa, Francisco Montoliu, también condenó la explosión y desligó el suceso de cualquier conflicto laboral. Montoliu, al igual que la asociación de transportistas autónomos Transcont, lamentó el deterioro que hechos como el de ayer provocan a la imagen del puerto. Transcont denunció "una vez más la extensa campaña de desprestigio" del puerto que, según afirma, "ciertos elementos están llevando a cabo de forma continuada".

Dos agentes revisan los daños causados por la explosión registrada ayer en el puerto de Valencia.

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