Choque frontal de Camps y Pla tras el Estatut

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el portavoz socialista, Joan Ignasi Pla, protagonizaron ayer un choque dialéctico con pocas novedades, en el que la corrupción, la polémica urbanística y el conflicto del agua volvieron a levantar chispas. Por un momento pareció que la reforma del Estatut d'Autonomia, admitida a trámite la semana pasada en el Congreso, permitiría ensayar un terreno de encuentro entre el Consell y la oposición, pero no fue así. Camps inició su discurso en el debate de política general en las Cortes Valencianas con una referencia al pacto estatutario y un agrad...

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El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el portavoz socialista, Joan Ignasi Pla, protagonizaron ayer un choque dialéctico con pocas novedades, en el que la corrupción, la polémica urbanística y el conflicto del agua volvieron a levantar chispas. Por un momento pareció que la reforma del Estatut d'Autonomia, admitida a trámite la semana pasada en el Congreso, permitiría ensayar un terreno de encuentro entre el Consell y la oposición, pero no fue así. Camps inició su discurso en el debate de política general en las Cortes Valencianas con una referencia al pacto estatutario y un agradecimiento a la actitud de consenso de la oposición que sugería una intervención de calado sobre el papel de los valencianos en el debate territorial de España. ¿Optaba el presidente por un discurso de Estado, por una defensa autonómica que no tuvo ocasión de hacer ante las Cortes Generales? La reforma equipara la valenciana con las autonomías de primera fila, proclamó Camps, que añadió: "El martes pasado acabó la etapa del desencuadre autonómico". La alusión se quedó en eso y la posibilidad de un debate de trascendencia, en un espejismo. Camps aprovechó el acuerdo estatutario y el del Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace), suscrito también la semana pasada con los agentes sociales, para auparse a su triunfalismo característico. -"Como presidente de la Generalitat, soy optimista; como valenciano, soy optimista", advirtió a modo de justificación- y evitó bajarse de ese pedestal a lo largo de dos horas y veinte minutos de intervención.

La corrupción, la polémica urbanística y el conflicto del agua vuelven a levantar chispas en el debate de política general
Camps destaca los convenios con el Gobierno de Zapatero y se olvida de referirse al AVE en su discurso
Pla emplaza a Camps a apartar a Fabra y el presidente elude responder sobre el caso que afecta al jefe del PP en Castellón
"Todo está en marcha y todo va por buen camino", fue el lema repetido por Camps
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"Todo está en marcha y todo va por buen camino", fue el lema repetido a lo largo de su mensaje, tanto cuando desgranó los logros de su gobierno, en infraestructuras, cohesión territorial, industria, competitividad, investigación y desarrollo, integración social, sanidad, educación, cultura y tecnología, como al dar a conocer una prolija lista de iniciativas de cara al futuro cuyas novedades efectivas se limitan a la supresión del impuesto de donaciones de padres a hijos, que completa la supresión del impuesto de sucesiones con la intención de favorecer a la empresa familiar; la creación de una secretaría autonómica de Interior, que introduce una cuña en el departamento del zaplanista Miguel Peralta, y una línea de ayudas a los diarios para traducir al valenciano sus versiones digitales.

Si en algo introdujo Camps un cambio significativo de orientación fue en la alusión a los acuerdos con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en materia de infraestructuras, de competitividad industrial, de biomedicina, de integración de inmigrantes y de organización de la Copa del América en 2007. La reclamación del trasvase del Ebro (según Camps, en un año ese río ha vertido al mar el equivalente a 17 trasvases), el ataque a los socialistas por tratar de modificar el trazado del Júcar-Vinalopó y la queja por la insuficiente financiación sanitaria procedente del Gobierno central fueron las reivindicaciones en las que el presidente del Consell puso énfasis (elevó el tono de voz ostensiblemente y desde los escaños populares se le aplaudió con más intensidad). Sin embargo tuvo que escuchar cómo el portavoz de la oposición le recordaba después que se había olvidado del AVE, cuyo trazado ha puesto el Ejecutivo socialista en ejecución en todos sus tramos.

El líder socialista, Joan Ignasi Pla, extendió acuse de recibo de los dos pactos destacados por Camps, el del Estatut y el del Pavace, pero, como ya hiciera un año antes, se dedicó a pinchar el globo de optimismo del presidente. Le bastaron escasamente 40 minutos para lograr que Camps se descompusiera y lo acusara en la réplica de "insultar" y de estar "crispado e incómodo". Pla le recordó en términos muy duros el caso del presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, imputado por supuestos delitos contra la administración y por fraude fiscal y al que el jefe del Consell ha apoyado incondicionalmente (no obtuvo respuesta alguna del presidente a su emplazamiento para que lo aparte del cargo y del partido); le rebatió cifras y datos; le recordó la crisis interna del PP, que se proyecta sobre el Consell, y le acusó de falta de transparencia, de manipulación propagandística y de demagogia. "Usted ha venido a hacer otra investidura", le recriminó, tras acusarlo de "pasar del victimismo llorón y rancio al triunfalismo aprovechado". Pla añadió que los valencianos han tenido suerte de que en Madrid gobierne Zapatero.

Camps sólo había incluido una propuesta explícita de acuerdo dirigida a los socialistas, la del pacto por el urbanismo. Pla no pasó por alto esa propuesta y puso condiciones: retirar el proyecto de ley urbanística valenciana y admitir reformas en la ley de ordenación del territorio y en la de suelo no urbanizable. Ante la alusión de Camps a que los alcaldes socialistas también plantean urbanizaciones y campos de golf, Pla respondió: "La responsabilidad es suya y de sus consejeros. Paren los proyectos a unos y a otros, no sólo a los ayuntamientos socialistas".

El portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa, Joan Ribó, fue la voz discrepante con el pacto del Estatut, criticó el silencio de Camps sobre Fabra y reclamó una moratoria urbanística

Los diputados populares aplauden a Francisco Camps tras su discurso.CARLES FRANCESC
Los socialistas aclaman a Joan Ignasi Pla.

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