OPINIÓN DEL LECTOR

Movidón en Sanlúcar

Sanlúcar de Barrameda tiene unos atractivos evidentes. Pero es también uno de los despropósitos municipales más extraordinarios que tenemos en esta Andalucía nuestra imparable... en el desmadre. Una sensación de abandono y de caos completos invade a cualquier observador de San-lúcar. Y no es sólo la suciedad de las calles y espacios públicos. Es algo más. Un mar de fondo lleno de gritos, del estruendo de las motos a escape libre, de pitadas espantosas de claxon a cualquier hora de la madrugada. Naturalmente, descuella en todo esto la llamada "movida", un bárbaro ejercicio de brutalidad juvenil...

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Sanlúcar de Barrameda tiene unos atractivos evidentes. Pero es también uno de los despropósitos municipales más extraordinarios que tenemos en esta Andalucía nuestra imparable... en el desmadre. Una sensación de abandono y de caos completos invade a cualquier observador de San-lúcar. Y no es sólo la suciedad de las calles y espacios públicos. Es algo más. Un mar de fondo lleno de gritos, del estruendo de las motos a escape libre, de pitadas espantosas de claxon a cualquier hora de la madrugada. Naturalmente, descuella en todo esto la llamada "movida", un bárbaro ejercicio de brutalidad juvenil y de nihilismo analfabeto, un producto made in Spain que en Sanlúcar alcanza cotas de delirante perfección.

No contentas las autoridades con todo esto y, visto que agosto ya se ha ido y que hay que mantener la "marcha" a toda costa, se les ocurre organizar una concentración de moteros: se acota un buen trozo de una avenida bien ancha, en este caso la de las Piletas, para que los moteros puedan deleitar al público con toda clase de piruetas aderezadas con acelerones y frenazos. Un verdadero derroche de civilidad y de alta cultura, como puede comprobarse.

Pero el colmo llegó la noche del sábado 3, en que se puso a disposición de tan distinguida concurrencia el teatro municipal, desde cuyo escenario al aire libre estuvo atronando un sonido remotamente emparentado con la música y trufado de alaridos también remotamente humanos y de estampidos de motor hasta pasadas las 4 de la mañana.

Lo más gracioso de todo es que, a la entrada de tan amena fiesta, la policía municipal contemplaba, en un imponente ejercicio de temple y buen rollito, cómo se contravenía la práctica totalidad de los artículos del código de circulación amén de no pocos del mismo código penal.

Naturalmente, el ayuntamiento de Sanlúcar no promoverá todo esto por sadismo ni hará la vista gorda por negligencia o ineptitud. Es para atraer el turismo, claro. Pero por lo pronto a mí no me van a ver más el pelo por allí...

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