Crítica:LIBROS

Historia de una familia

El espacio íntimo como símbolo de vida ha sido estudiado en la antropología de Bachelard. Vio que la casa podía ser una proyección de la personalidad de quienes habitaban en ella. La casa grande de María Cruz Loyo se interroga sobre la relación de las personas en un lugar simbólico. La casa que habitan creará el espacio básico para describir la historia de una familia, aunque más que un símbolo termina siendo una escenografía.

Las dos partes de la novela recrean dos argumentos distintos. En la primera, se establece la historia de tres generaciones de una familia. En la segunda, l...

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El espacio íntimo como símbolo de vida ha sido estudiado en la antropología de Bachelard. Vio que la casa podía ser una proyección de la personalidad de quienes habitaban en ella. La casa grande de María Cruz Loyo se interroga sobre la relación de las personas en un lugar simbólico. La casa que habitan creará el espacio básico para describir la historia de una familia, aunque más que un símbolo termina siendo una escenografía.

Las dos partes de la novela recrean dos argumentos distintos. En la primera, se establece la historia de tres generaciones de una familia. En la segunda, la difícil convivencia de la narradora Irene con su hermana gemela. Esta segunda parte es más realista, pero la percepción de verosimilitud es mayor en el ámbito profesional de la narradora que en la creación de las relaciones personales, donde impera un maniqueísmo aplastante.

La narración debe mucho a la técnica de la novela tradicional. El primer protagonista, creador de la saga familiar, Manuel, es en la práctica un huérfano desvalido, que verá sus penas aliviadas por alguien que quiere hacer(le) el bien, y, claro, no podían faltar las herencias caídas del cielo. Desde el punto de vista ideológico, el lector, este lector, no comprende bien tanta alusión al orden establecido por las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco. Los diálogos refuerzan la opinión del narrador y sirven para crear un mundo establecido sin fisuras.

La historia de la persona, y narradora de una segunda parte más convincente, sirve de paralelo y recrea, tras un salto temporal, la historia de la última generación de la familia, y de un asesinato, que es no por previsible menos exagerado.

María Cruz Loyo: La casa grande. Hiria. San Sebastián, 2005. 352 páginas.

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