Tribuna:DESDE MI SILLÍN | Vuelta 2005

¿Te gusta conducir?

Había una vez un famoso anuncio que terminaba con un pregunta retórica: ¿Te gusta conducir? El mensaje era una reflexión que te encaminaba a dar una respuesta a esa duda existencial. Una respuesta que debía ser afirmativa: sí, claro que me gusta, por eso he de comprarme ese coche. Porque si la respuesta era negativa, apaga y vámonos, te venía a decir, que para eso no nos gastamos nuestros dineros en publicidad.

Pero, dado que te gusta conducir, y viendo como está el tráfico, ¿por qué no te compras una bicicleta? Porque se anda en bicibleta, se lleva o más bien te lleva de un lado a otro...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Había una vez un famoso anuncio que terminaba con un pregunta retórica: ¿Te gusta conducir? El mensaje era una reflexión que te encaminaba a dar una respuesta a esa duda existencial. Una respuesta que debía ser afirmativa: sí, claro que me gusta, por eso he de comprarme ese coche. Porque si la respuesta era negativa, apaga y vámonos, te venía a decir, que para eso no nos gastamos nuestros dineros en publicidad.

Pero, dado que te gusta conducir, y viendo como está el tráfico, ¿por qué no te compras una bicicleta? Porque se anda en bicibleta, se lleva o más bien te lleva de un lado a otro, se dirige, pero también se conduce. Además, es más sano, más ecológico para un planeta cargado de polución, y mucho más agradable. También más duro, sobre todo si es cuesta arriba, pero cuesta abajo cambian las tornas, que a ver qué vehículo es capaz de recorrer tantos kilómetros a tal velocidad con tan poco gasto de energía.

Más información

¿Te gusta conducir? Sí. O sea, que te gusta sentir como vas dejando atrás metros y metros de asfalto; te gusta inclinar y contrainclinar tu cuerpo con fluidez hasta donde te lo permite el límite de adherencia de tus neumáticos; disfrutas viendo cómo los paisajes y las perspectivas van cambiando continuamente a tu alrededor; o te emocionas cuando haces una subida y ves que gracias a tu esfuerzo has conseguido llegar hasta ahí arriba. Sí, el viento en la cara al ritmo de la bicicleta, eso es vida. Un ritmo que ni es tan apresurado como el de cualquier vehículo a motor, ni tan lento como el de ir caminando. Con el primero no tienes tiempo de sacar jugo mientras que el segundo es un ritmo de iniciados que muy pocos saben apreciar.

Sí, a mí también me gusta, como no. Pero cometí un error, que fue el de meterme a ciclista. Aún no sé ni cómo ni porqué, incluso ni cuando, pero un día me vi aquí y ya no pude salir. Aún busco culpables. Ahora yo disfruto de todo eso con cuentagotas, tan solo en algunos entrenamientos, porque cuando llegan las carreras la historia es otra. Ahora bien, aún hay días (pocos), como el de ayer, en los que puedes sentir todo esto en competición. Tú sales tranquilo, tu consigna es recuperar fuerzas para el día siguiente; tu compañero de habitación se puede poner líder (así ha sido) y te esperan dos días muy duros de montaña (así será). Y me apliqué el cuento.

Pedro Horrillo es corredor del equipo Rabobank

Archivado En