La economía se estanca en Francia por la caída del consumo

Durante el segundo trimestre de 2005 la economía francesa prosiguió y acentuó el estancamiento que ya le caracterizaba durante los tres primeros meses del año. En mayo, abril y junio el PIB (productor interior bruto) galo creció sólo un 0,1%, tras el 0,4% de los 90 días anteriores. En el transcurso de los 12 últimos meses, el crecimiento se sitúa en torno al 1,2%.

Todos esos datos son muy negativos y desmienten las previsiones gubernamentales que, si a principios de año aún apostaban por un crecimiento del 2,5% para el conjunto de 2005, hace apenas tres días eran de un 2% en la boca del...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Durante el segundo trimestre de 2005 la economía francesa prosiguió y acentuó el estancamiento que ya le caracterizaba durante los tres primeros meses del año. En mayo, abril y junio el PIB (productor interior bruto) galo creció sólo un 0,1%, tras el 0,4% de los 90 días anteriores. En el transcurso de los 12 últimos meses, el crecimiento se sitúa en torno al 1,2%.

Todos esos datos son muy negativos y desmienten las previsiones gubernamentales que, si a principios de año aún apostaban por un crecimiento del 2,5% para el conjunto de 2005, hace apenas tres días eran de un 2% en la boca del ministro de Economía, Thierry Breton. Hoy todos los analistas independientes afirman que la economía francesa podrá darse por satisfecha si conoce un crecimiento de su PIB que se sitúe entre el 1,3% y el 1,6%.

El consumo de los hogares, que ha retrocedido un 0,3% respecto al trimestre anterior, ha dejado de ser uno de los pilares que sostienen la economía francesa. Un paro que afecta al 10,1% de la población activa y que sólo comienza a retroceder por razones demográficas, explica en gran parte el pesimismo inversor de unos hogares que ya no quieren seguir endeudándose a pesar del bajo coste del dinero.

Las empresas no financieras tampoco invierten y su gasto ha retrocedido en un 1,2% el segundo trimestre. Sólo la necesidad de constituirse reservas importantes a partir de productos elaborados con materias primas, cuyo precio va a seguir subiendo, ha permitido mantener un nivel de actividad sostenido, aunque decreciente.

Previsiones

Para los dos últimos trimestres del año las previsiones no son totalmente pesimistas porque la relativa depreciación del euro frente al dólar ha de permitir que las exportaciones tomen el relevo como motor de la economía y que el balance del comercio exterior no dependa exclusivamente de la venta de Airbus.

En cualquier caso, parece imposible que el Gobierno francés pueda cumplir su promesa de un déficit público inferior al 3% o comenzar a enjuagar una deuda de más de un billón de euros, tal y como había convenido con las autoridades de Bruselas, máxime cuando el Ministerio de Defensa acaba de obtener autorización para gastar mil millones más que durante el ejercicio anterior.

Archivado En