OPINIÓN DEL LECTOR

El metro de Madrid vuela... al infierno

El 5 de agosto cogí el metro en Nuevos Ministerios a las ocho de la mañana para ir al aeropuerto. Tenía que coger un avión con destino Ibiza y la hora límite para facturar era las 9.30. Después de esperar 20 minutos en Nuevos Ministerios sin que nos dieran ninguna explicación por el retraso a los viajeros aprisionados en el vagón con maletas, paquetes y bultos. Por fin el tren se puso en marcha. Pero la alegría duró poco. Íbamos a llegar a Mar de Cristal y nos dijeron por megafonía que el metro no podía llegar a Barajas por problemas de obras y teníamos que bajar. A las 8.45 centenares de viaj...

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El 5 de agosto cogí el metro en Nuevos Ministerios a las ocho de la mañana para ir al aeropuerto. Tenía que coger un avión con destino Ibiza y la hora límite para facturar era las 9.30. Después de esperar 20 minutos en Nuevos Ministerios sin que nos dieran ninguna explicación por el retraso a los viajeros aprisionados en el vagón con maletas, paquetes y bultos. Por fin el tren se puso en marcha. Pero la alegría duró poco. Íbamos a llegar a Mar de Cristal y nos dijeron por megafonía que el metro no podía llegar a Barajas por problemas de obras y teníamos que bajar. A las 8.45 centenares de viajeros, con equipajes, niños y personas mayores, nos quedamos tirados en la glorieta de Mar de Cristal a la caza de un taxi. Pasaban de Pascuas a Ramos y ocupados. Preguntamos si Metro iba a poner un autobús para llevarnos al aeropuerto y nos contestaron que no sabían.

No sé cómo terminaría la desagradable aventura para los cientos de personas que empezaban sus vacaciones. Las mías empezaron en Nuevos Ministerios y acabaron en Mar de Cristal. Perdí el avión, mi semana de vacaciones en Ibiza, la ilusión por viajar y, por supuesto, las ganas de coger el metro para el resto de mi vida.

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