La Armada rusa trata de rescatar el batiscafo atrapado en el Pacífico

El sumergible es trasladado a aguas seguras para que sus tripulantes puedan salir

Los equipos de rescate de la Armada rusa ganaron ayer la primera etapa de la carrera contrarreloj para salvar la vida de los siete hombres atrapados en un batiscafo militar a 190 metros de profundidad en el Pacífico. Los barcos que peinaban las profundidades de las aguas en la bahía de Berezóvskaya, 75 kilómetros al sur de Petropávlovsk (Kamchatka), lograron capturar al batiscafo, afirmó el comandante de la Flota del Pacífico, Víktor Fiódorov.

Tras la recuperación del minisubmarino, éste fue arrastrado a aguas menos profundas, donde comenzó la operación para sacar del aparato a los mari...

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Los equipos de rescate de la Armada rusa ganaron ayer la primera etapa de la carrera contrarreloj para salvar la vida de los siete hombres atrapados en un batiscafo militar a 190 metros de profundidad en el Pacífico. Los barcos que peinaban las profundidades de las aguas en la bahía de Berezóvskaya, 75 kilómetros al sur de Petropávlovsk (Kamchatka), lograron capturar al batiscafo, afirmó el comandante de la Flota del Pacífico, Víktor Fiódorov.

Tras la recuperación del minisubmarino, éste fue arrastrado a aguas menos profundas, donde comenzó la operación para sacar del aparato a los marinos. El almirante Fiódorov calculó que la operación terminaría en la mañana de hoy. El principal problema para los hombres atrapados en el batiscafo son las escasas reservas de oxígeno. Los especialistas calculan que tienen aire hasta el mediodía de hoy, hora española, aunque Fiódorov sostiene que los marinos pueden resistir hasta el lunes.

El jueves, el batiscafo militar ruso AS-28 hizo una inmersión de rutina desde una nave de salvamento y, según la versión oficial, quedó enredado en unas redes de pesca e inmovilizado a casi 200 metros de profundidad. Después de que fracasaran todos los intentos de liberar al minisubmarino y ante lo alarmante de la situación, Rusia decidió pedir ayuda a países extranjeros. Cuatro barcos japoneses se apresuran para llegar al lugar del incidente, mientras que EE UU y el Reino Unido fletaron aviones para transportar a la zona batiscafos no tripulados Skorpio, dotados de instrumentos para cortar cables de acero de hasta 2,5 centímetros de grosor.

El AS-28 pertenece a la serie Priz (Premio). Rusia ha construido cuatro de estos batiscafos, cuya misión principal es salvar a las tripulaciones de los grandes sumergibles en caso de un accidente bajo el mar. Ello es posible gracias a que están dotados de un nudo de empalme con el que pueden acoplarse a la escotilla de los submarinos y evacuar en grupos de hasta 20 a los marinos. De 13,5 metros de largo y 5,7 de alto, pueden llegar a los mil metros de profundidad y llevar a bordo hasta 24 personas, incluida la tripulación que puede ser de tres o cuatro hombres. En principio, el batiscafo militar ruso AS-28 tiene aire para 120 horas con una tripulación de tres personas, pero cuanto más pasajeros lleva, mayor es el gasto de oxígeno.

La sombra del 'Kursk'

Aparatos de la serie Priz fueron utilizados cuando se hundió el submarino nuclear Kursk, en agosto de 2000. En aquella ocasión no se pudo salvar a nadie y murieron sus 118 tripulantes. La gran diferencia entre aquel accidente y el actual es que el batiscafo no tiene ni reactores nucleares ni armas atómicas, por lo que no representa ningún peligro ecológico.

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Precisamente debido a las analogías con el Kursk, el accidente mantiene en vilo a Rusia desde ayer. La situación era desesperada, ya que los mismos tripulantes no podían hacer nada para salvarse. La profundidad a que se encontraba el batiscafo les impedía abandonarlo por sus propios medios, y por la misma razón tampoco era posible enviar a buzos a rescatarlos. Lo más sencillo hubiera sido que otro aparato de la serie Priz hubiera podido llegar hasta el AS-28, pero el problema es que el otro batiscafo que hay en la Flota del Pacífico rusa se encuentra averiado. Otra gran diferencia con lo que sucedió con el Kursk es que esta vez Rusia no tardó en solicitar ayuda extranjera.

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