Cartas al director

Un acto de justicia

La concesión del prestigiado y prestigioso Premio Rómulo Gallegos al joven escritor y periodista sevillano Isaac Rosa es, además de una buena noticia para quienes conocemos y apreciamos a Isaac y su obra, un acto de justicia para todos aquellos que aman la literatura. Sería farragoso entrar a valorar el Réquiem por un galardón, de Gustavo Guerrero [artículo publicado el 15 de julio en EL PAÍS], pues, aunque no le falte razón en el fondo (la instrumentalización cultural de regímenes como el cubano es un hecho constatado), descalificar el sobrado talento de Isaac equivale poco menos que a...

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La concesión del prestigiado y prestigioso Premio Rómulo Gallegos al joven escritor y periodista sevillano Isaac Rosa es, además de una buena noticia para quienes conocemos y apreciamos a Isaac y su obra, un acto de justicia para todos aquellos que aman la literatura. Sería farragoso entrar a valorar el Réquiem por un galardón, de Gustavo Guerrero [artículo publicado el 15 de julio en EL PAÍS], pues, aunque no le falte razón en el fondo (la instrumentalización cultural de regímenes como el cubano es un hecho constatado), descalificar el sobrado talento de Isaac equivale poco menos que a disparar sobre el pianista.

En el Grupo Nexo tuve el placer de dirigir a Isaac Rosa en su actividad menos conocida, la periodística, en la que se desempeñó brillantemente como redactor-jefe del periódico profesional Nexobús, a finales de 2000 y durante 2001. Actividad periodística a la cual renunció, así como su nómina y estabilidad profesional, para volcarse únicamente en su excelente producción literaria.

El talento es un atributo tan excepcional como escaso. Pero más excepcional aún es que el jurado de un gran premio literario, siempre supeditado a considerandos y componendas, reconozca la obra de un joven escritor sin más valedor que su innegable talento.

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