LAS CONDENAS DEL TRIBUNAL SUPREMO POR INCENDIOS | EL INCENDIO FORESTAL MÁS TRÁGICO EN 20 AÑOS

Penas de cárcel por "imprudencia grave con peligro para las personas"

Los incendios forestales causados por el hombre tienen consecuencias judiciales. En algunos casos además de multas millonarias, las condenas incluyen penas de cárcel de hasta cinco años. Desde hace años el Tribunal Supremo ha confirmado sentencias por imprudencias graves o por incendios provocados por pirómanos.

- Ritual con velas en Altea (Alicante). Cinco años de cárcel. El 31 de enero de 2005 el Tribunal Supremo confirmó la condena de cinco años de cárcel a un hombre en Altea por un delito "de incendio forestal por imprudencia grave con peligro para la integridad física de las perso...

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Los incendios forestales causados por el hombre tienen consecuencias judiciales. En algunos casos además de multas millonarias, las condenas incluyen penas de cárcel de hasta cinco años. Desde hace años el Tribunal Supremo ha confirmado sentencias por imprudencias graves o por incendios provocados por pirómanos.

- Ritual con velas en Altea (Alicante). Cinco años de cárcel. El 31 de enero de 2005 el Tribunal Supremo confirmó la condena de cinco años de cárcel a un hombre en Altea por un delito "de incendio forestal por imprudencia grave con peligro para la integridad física de las personas".

La imprudencia consistió en encender unas velas en un pinar existente en un barranco de la partida Las Galeras, en el rodapié de la sierra de Bernia situada en Altea (Alicante). El incendiario usó las velas para realizar un ritual durante el solsticio de verano (23 al 24 de junio, noche de San Juan), las colocó en el suelo y las prendió.

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El suelo, cubierto de vegetación y con condiciones climatológicas adversas (viento y prealerta por peligro de incendios) hicieron que el resultado de su peculiar celebración fuera un incendio forestal.

Las llamas afectaron a tres hectáreas de superficie forestal compuesta de pinar adulto y pimpollar de pino carrasco, aliagas, romeros y palmitos siendo. El fuego se propagó, empujado por el viento y llegó a superar la barrera que suponía la autopista A-7, extendiéndose por un pequeño túnel de esa autopista hasta un barranco.

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Doscientas personas de unos 60 chalés de la zona tuvieron que ser desalojadas y aunque no hubo heridos las viviendas resultaron afectadas por el intenso fuego.

- Una bengala lanzada desde un coche en Cerdanyola del Vallès (Barcelona). Dos años de cárcel y 5.000 euros de multa. Un grupo de jóvenes que se dirigía en coche a Cerdanyola (Barcelona) fue condenado por el Tribunal Supremo a dos años de prisión menor y a pagar 800.000 pesetas (casi 5.000 euros) de multa por un delito de incendio. Durante su viaje, uno de los chavales decidió lanzar por la ventanilla del vehículo en marcha una bengala. El incendio, que afectó a un monte, por el que transcurría la carretera, dejó calcinados 860 metros cuadrados de superficie forestal entre pinos, encinas y matorral. Parte del dinero de la multa, según consta en la sentencia del Tribunal Supremo, se dedicó a la repoblación de la zona arbórea en la que se produjo el incendio.

- Autoignición de residuos orgánicos en La Palma de Cervelló (Barcelona). 10 meses de cárcel y 42.000 euros de multa. El alto tribunal confirmó el 21 de enero de 1999 la condena de 10 meses de prisión y 42.000 euros de multa a un hombre como autor de un delito "contra el medio ambiente por imprudencia temeraria con resultado de incendio forestal" en la población barcelonesa de la Palma de Cervelló.

Los residuos orgánicos almacenados en una finca que usaba para el negocio de la jardinería, se hallaban a escasos metros de un bosque. No respetaba una zona de seguridad y tampoco humedecía o aireaba el estiércol para evitar la subida de la temperatura del mismo. A consecuencia de ello, sobre las 16.40 del día 26 de julio de 1995, se originó un incendio forestal en la zona, que tuvo su origen en la autoignición de una de las pilas de estiércol.

Las llamas calcinaron 6,4 hectáreas de terreno forestal formado por vegetación, arbusto y monte bajo, pertenecientes a los términos municipales de las localidades de La Palma de Cervelló y Pallejà (Barcelona). Además afectaron a fincas rústicas y jardines de viviendas de una urbanización cercana, aunque ninguno de los vecinos resultó herido.

- Una hoguera y tres muertos. Cuatro años y dos meses de cárcel y 30.000 euros de multa. Tres operarios de las brigadas de extinción de incendios fallecieron mientras apagaban las llamas de un incendio provocado por una hoguera. Como consecuencia de un avance súbito e imprevisible del fuego que les rodeó

los operarios quedaron atrapados.

El 13 de abril de 1995 un hombre decidió, sin causa justificada, encender una hoguera con escobas secas y otros matojos en la ladera del monte Cazarnoso en Ponjos (León) a unos 25 metros del arroyo Cubiello. "El fuego se extendió rápidamente sin que él hiciera nada por controlarlo" según confirma el Tribunal Supremo en su sentencia.

Es más, se fue a su casa y el incendio se extendió arrasando dos hectáreas de roble y 185 hectáreas de escobas y brezo hasta cruzar la carretera de y amenazar al pueblo de Ponjos.

Los vecinos tuvieron que salir a apagarlo para evitar que se extendiese ayudados por las brigadas forestales de la Junta de Castilla y León que se habían desplazado hasta allí horas antes. En las primeras horas de la mañana del siguiente día, el mismo incendio se reavivó afectando en esta ocasión a 64 hectáreas de pino de repoblación de pequeño desarrollo y roble y 75 hectáreas de brezo

El alto tribunal condenó al responsable de la hoguera a seis años y cuatro meses de prisión mayor y le reconoció como penalmente responsable.

- Incendio con gasolina en Los Serranos (Valencia). Cuatro años de cárcel y 30.000 euros de multa.Más de 5.000 hectáreas de bosque ardieron el 26 de mayo de 1994 por la obra de un pirómano que fue considerado "criminalmente responsable" como autor de un delito de incendio y condenado a la pena de 4 años, 2 meses y 1 día de prisión por el Tribunal Supremo.

El autor se desplazó en el coche de sus padres a un campo, roció con gasolina dos fincas colindantes en los términos municipales de Calles y Domeño, situadas en Los Serranos (Valencia). A causa del calor se produjo un fuerte incendio que no remitió hasta el día 2 de junio, ocho días después de haberse iniciado. Varios focos volvieron a reavivarse, por causas desconocidas y se extendió hasta las poblaciones cercanas. En esta ocasión tuvieron que ser desalojadas 107 personas de un pueblo cercano.

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