Música para las noches de Sevilla

Las noches de julio y agosto en Sevilla dejaron de ser un erial hace seis años, cuando comenzó el ciclo musical Noches en los jardines del Real Alcázar que llenó de música medieval un escenario al aire libre instalado en el palacio real más antiguo de Europa. Ahora este programa, que comenzó el pasado lunes y se prolongará hasta el 28 de agosto, se ha convertido en una de las citas más populares y concurridas de la capital andaluza.

Organizado por el Ayuntamiento, nació como un experimento por el que nadie apostaba y el año pasado colgó el cartel de no hay billetes en los ...

Las noches de julio y agosto en Sevilla dejaron de ser un erial hace seis años, cuando comenzó el ciclo musical Noches en los jardines del Real Alcázar que llenó de música medieval un escenario al aire libre instalado en el palacio real más antiguo de Europa. Ahora este programa, que comenzó el pasado lunes y se prolongará hasta el 28 de agosto, se ha convertido en una de las citas más populares y concurridas de la capital andaluza.

Organizado por el Ayuntamiento, nació como un experimento por el que nadie apostaba y el año pasado colgó el cartel de no hay billetes en los 62 conciertos por los que pasaron 24.800 espectadores. "En 2004 se amplió la programación por la suspensión de la ópera Carmen, pero este verano volvemos a ofrecer 49 conciertos con 26 grupos que interpretarán músicas de todas las épocas, desde el siglo XIV hasta el XX", comenta Miguel Ángel González, director de la empresa Actidea, que organiza el ciclo en colaboración con el Patronato del Real Alcázar.

El ciclo incluye a los italianos Gruppo Seicento, al guitarrista argentino José Luis Merlín, la formación francesa Rao Trío y el dúo formado por el finlandés Safari Tepponen y el noruego Benedicto Palko. Parte del éxito del programa, con un presupuesto de 200.000 euros, es que el Real Alcázar abre sus puertas 90 minutos antes de los conciertos -que son a las 22.30- y los espectadores pueden pasear por los jardines del Cenador de la Alcoba, el de los Poetas o el del Marqués de Vega Inclán. Además de que las entradas, que se ponen a la venta los lunes para toda la semana en la puerta del Apeadero del Patio de Banderas, cuestan sólo tres euros.

Esta iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla demostró que la ciudad no se queda desierta en verano y sigue demandado cultura a pesar del calor.

"El público se ha enganchado a las Noches del Alcázar y está deseando que empiece el ciclo, la prueba es que las entradas se agotan en cuanto salen a la venta cada semana. Sin embargo, cuando Miguel Ángel González lo planteó algunos le dijeron que era algo elitista y que iban a ir cuatro gatos a los conciertos", comenta el percusionista sevillano Álvaro Garrido, quien forma parte de la Zamfoña Móvil y ha participado en todas las ediciones.

"Esto comenzó como una trampa músico-lúdica, en el buen sentido. Al principio la gente iba al Alcázar por la noche porque es un sitio maravilloso y se está muy bien, no por la música antigua; porque creían que era muy aburrida. Sin embargo, ahora que la conocen les encanta", explica Garrido, quien este año subirá a escena con cuatro formaciones de distintos estilos: More Hispano, Música Prima, La Granja del Tío Milo y Estambul, además de colaborar con el trío flamenco de Eduardo Trassierra.

La arpista búlgara Daniela Iolkicheva, miembro de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, quedó prendada del espacio cuando actuó el año pasado. "El ambiente es muy especial, porque este lugar es una parte importante de la historia de este país. Creo que es el mejor marco para ofrecer un programa de música española", asegura la arpista que estrenará dos piezas compuestas especialmente para ella. Iolkicheva, que actuará el 19 y el 26 de agosto, estrenará Sonata para arpa de Luis Ignacio Marín y Acuarela flamenca, de Gualberto García.