OPINIÓN DEL LECTOR

Contenedores de niños

Ante la lectura de la carta aparecida en EL PAÍS de Andalucía bajo el título Arden las aulas, quiero sumarme a la queja que plantea, pero además denunciar un caso más grave que se produce en los Centros de Atención Socioeducativa (antiguas guarderías), dependientes de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. El curso en estos centros no comienza el 8 o el 12 de septiembre sino el 1 de septiembre, y no finaliza el 23 de junio, sino el 31 de julio. El horario no es de 9.00 a 14.00, sino de 9.00 a 17.00. Lo más doloroso es que no se dispone en la mayoría de los centros de aire ac...

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Ante la lectura de la carta aparecida en EL PAÍS de Andalucía bajo el título Arden las aulas, quiero sumarme a la queja que plantea, pero además denunciar un caso más grave que se produce en los Centros de Atención Socioeducativa (antiguas guarderías), dependientes de la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social. El curso en estos centros no comienza el 8 o el 12 de septiembre sino el 1 de septiembre, y no finaliza el 23 de junio, sino el 31 de julio. El horario no es de 9.00 a 14.00, sino de 9.00 a 17.00. Lo más doloroso es que no se dispone en la mayoría de los centros de aire acondicionado.

Los padres dejan a sus hijos y problema resuelto para ellos, sin importarles en qué condiciones están ni a ellos, ni a la Administración. Los niños duermen la siesta a las tres de la tarde en sitios en los que durante todo el verano no se baja de 35 a 40 grados a la sombra. La Administración, en lugar de reducir el horario de estos centros o de dotarlos de mejores infraestructuras, lo que hace es aumentar los horarios y también las cuotas que han de pagar los padres.

El 1 de septiembre se pretende abrir los centros, con los niños en las aulas sin que existan las condiciones higiénicas y educativas. Simplemente se pretende que estos centros sean auténticos contenedores de niños.

Las promesas electorales están para cumplirlas, pero no de cualquier manera, si no, se transforman en demagogia. Los servicios públicos deben ser de calidad y por tanto no se puede poner en marcha un Plan de Apoyo a las Familias sin destinar los recursos necesarios. Los niños y los trabajadores de los centros se merecen unos servicios de calidad y más en una consejería que se dice de Bienestar Social.

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