Reportaje:

Arte sobre la actualidad

Uno de los objetivos de la exposición es que el espectador elija un objeto, se lo lleve, "muestre su mensaje en sus recorridos habituales y ayude a que desaparezca del marco expositivo".

Los objetos de Hoy no sé qué ponerme -en la galería Edgar Neville de Alfafar- son camisetas. En cada una de ellas, Silvia Molinero ha grabado un mensaje breve, directo, que resume uno de los acontecimientos que ocuparon las primeras páginas de los periódicos en el último año.

En una pone Habemus papa, enmarcado en un pequeño televisor. En otra pone Solidaridad. Alrededor de l...

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Uno de los objetivos de la exposición es que el espectador elija un objeto, se lo lleve, "muestre su mensaje en sus recorridos habituales y ayude a que desaparezca del marco expositivo".

Los objetos de Hoy no sé qué ponerme -en la galería Edgar Neville de Alfafar- son camisetas. En cada una de ellas, Silvia Molinero ha grabado un mensaje breve, directo, que resume uno de los acontecimientos que ocuparon las primeras páginas de los periódicos en el último año.

En una pone Habemus papa, enmarcado en un pequeño televisor. En otra pone Solidaridad. Alrededor de la palabra crecen círculos concéntricos que representan al tsunami que devastó el sureste asiático el pasado diciembre. Hay una que trata la polémica de los trasvases hidrológicos, y otra, el desalojo de miles de personas de sus viviendas en el barrio de El Carmel, en Barcelona. Todas van encabezadas por la fecha en la que se publicó el hecho.

La exposición se inauguró ayer pero se culminará con el periódico de hoy. Molinero, que prepara la tesis doctoral en la facultad de Bellas Artes, empezó hace un año a almacenar ejemplares del diario EL PAÍS. Cada día los ojeaba; seleccionaba noticias por su carga "social"; fotocopiaba las páginas correspondientes, las incorporaba a un dossier y luego guardaba los periódicos por meses en bolsas de plástico organizadas por meses.

Esos 363 periódicos -dos veces al año no se publica EL PAÍS-, sujetos por listones de madera y colgados de la pared, forman parte de la exposición. Sobre ellos, la artista ha colocado dibujos copiados de fotografías. Uno recoge las formidables colas que se formaron al abrirse el plazo de regularización de inmigrantes, a principios de febrero. En otro puede verse a Arnaldo Otegi, portavoz de Batasuna, sosteniendo una papeleta del Partido Comunista de las Tierras Vascas el 17 de abril, después de votar en las elecciones autonómicas vascas.

Los dibujos están rodeados de textos. Son algunas de las notas que Molinero escribió sobre los temas que le interesaban, y que agrupó en los dossiers. Uno de ellos reza I'm sorry, el lema que tomaron los ciudadanos de EE UU que se oponían a la reelección de George W. Bush después de que ésta se produjera.

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A primera vista, y en eso influye el buen color y la insólita pulcritud de los periódicos, incluidos los más antiguos, podría parecer que la artista está completamente entregada al periódico sobre el que ha trabajado. Y no es exactamente así. Molinero reconoce sentir una cierta "fascinación" por el diario en cuanto objeto. Una fijación parecida al fetichismo.

Pero es crítica con su contenido. Un año de seguimiento religioso de las noticias y la elaboración de los dossiers, que también se exponen, dan para bastante.

Molinero censura por ejemplo, como otros lectores, lo que considera una "sobreabundancia" de artículos referentes a la muerte del Papa Juan Pablo II. Opina que no se ha contado bien el efecto de los trasvases, y sus alternativas, y que la atención a éstas han ido a remolque de la aparición de "asociaciones como Xúquer Viu". Critica la "excesiva" información que se ha dado sobre algunas cuestiones, "como si quisiera generarse una necesidad", y juzga por el contrario escaso el tratamiento de otros, "que no ha pasado de media columna": El primer ejemplo que se le ocurre es referente al Ayuntamiento de Benidorm y al hecho de que su Ayuntamiento limpiara las calles "con agua potable".

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