Análisis:Inversiones | CONSULTORIO

Perspectivas favorables

Cierra el mes de mayo con una recuperación considerable en los mercados bursátiles, situándose la mayoría de los índices mundiales en terreno positivo. En lo que va de año, el resto de activos financieros han mostrado también un buen comportamiento, presentando la renta fija a largo plazo rentabilidades anualizadas cercanas al 5%. La única excepción a esta dinámica positiva la hemos visto en los activos de gestión alternativa, que se han mostrado muy sensibles a las turbulencias en la renta fija privada (bonos de empresas) y los últimos movimientos cambiarios.

En definitiva, nos volvemo...

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Cierra el mes de mayo con una recuperación considerable en los mercados bursátiles, situándose la mayoría de los índices mundiales en terreno positivo. En lo que va de año, el resto de activos financieros han mostrado también un buen comportamiento, presentando la renta fija a largo plazo rentabilidades anualizadas cercanas al 5%. La única excepción a esta dinámica positiva la hemos visto en los activos de gestión alternativa, que se han mostrado muy sensibles a las turbulencias en la renta fija privada (bonos de empresas) y los últimos movimientos cambiarios.

En definitiva, nos volvemos a encontrar en una situación similar a la ocurrida en años anteriores con las principales categorías de activos financieros (renta variable y renta fija) en positivo y mostrando una razonable capacidad de digerir episodios desestabilizadores como el pinchazo de la Constitución europea y la presión del precio del petróleo.

En fases como la actual, los inversores prefieren no apurar sus apuestas y tienden a atrincherarse en posiciones conservadoras

Aun teniendo en cuenta el avance del último mes, hay razones que nos permiten ser optimistas con la renta variable: crecimientos de los beneficios empresariales cercanos al 10%, rentabilidades por dividendo que superan la ofrecida por la deuda a 10 años, tranquilidad en los tipos de interés y valoraciones de los índices atractivas en términos históricos. Sin embargo, entendemos que estamos cada vez más próximos a niveles de equilibrio en términos de valoración, y la experiencia nos ha demostrado que en fases similares del ciclo económico los inversores prefieren no apurar sus apuestas y tienden a atrincherarse en posiciones más conservadoras.

La reactivación de cualquiera de los elementos de riesgo latentes (petróleo, déficit comercial americano, fluctuaciones cambiarias) podría actuar de catalizador a este movimiento, al menos en el corto plazo. Sin embargo, para el último semestre del año si la Reserva Federal hace una pausa en las subidas de su tipo de intervención y los beneficios empresariales mantienen la inercia actual, la renta variable podría terminar el año con registros cercanos a los dos dígitos.

David Cano y Alberto Ruiz son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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