Condenada una abogada por estafar a siete clientes ancianos

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años y seis meses de cárcel a María Felisa G. P., una abogada que estafó a siete clientes de avanzada edad con quienes mantenía una anterior y buena relación.

El tribunal declara probado que la letrada prometía a sus víctimas que invertiría su dinero con una alta rentabilidad en empresas del extranjero; después les proporcionaba ciertas cantidades en concepto de intereses; posteriormente dejaba de ingresarles o de entregarles dinero, sin ningún tipo de explicaciones y desatendiendo sus llamadas. De este modo, la suma que recibió de l...

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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años y seis meses de cárcel a María Felisa G. P., una abogada que estafó a siete clientes de avanzada edad con quienes mantenía una anterior y buena relación.

El tribunal declara probado que la letrada prometía a sus víctimas que invertiría su dinero con una alta rentabilidad en empresas del extranjero; después les proporcionaba ciertas cantidades en concepto de intereses; posteriormente dejaba de ingresarles o de entregarles dinero, sin ningún tipo de explicaciones y desatendiendo sus llamadas. De este modo, la suma que recibió de los estafados asciende a más de 345.000 euros.

Entre las víctimas se cuenta un cliente al que conocía desde la infancia y una anciana de 80 años, prácticamente invidente, a quien además entregó un cheque por una cantidad falsa aprovechándose de su ceguera. La acusada devolvió a todos ellos una parte del dinero que les había estafado, en la víspera del comienzo del juicio.

El tribunal absuelve además a la secretaria de la abogada de los delitos de que estaba acusada como presunta cómplice o autora. La secretaria, que era titular de una cuenta en la que María Felisa G. P. ingresó dinero de las estafas, declaró en el juicio que accedió a la petición de su jefa de ponerla a su nombre "dada la confianza que por motivos de trabajo existía entre ambas", sin pensar en que ello pudiera perjudicarla. La sentencia agrega que, en casi todos los casos, los perjudicados "aseguraron, casi con rotundidad, que la secretaria no conocía los hechos" y alguno añadió que, cuando la abogada no quería recibirles, la secretaria les aconsejó ir a los tribunales.

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