Reportaje:

La extinción de un icono

La cadena de restaurantes HoJo sucumbe a las nuevas modas tras ocho décadas de existencia

Hubo un día en el que Howard Johnson era conocida por ser la mayor cadena de restaurantes de Estados Unidos, mucho antes de que la gigantesca McDonald inundara el mercado con las hamburguesas. Los techos naranjas de su casi un millar de restaurantes, principal seña de identidad de la casa, se veían al cruzar en coche, de costa a costa, el inmenso país. Pero el venerable negocio acaba de sucumbir cuando cumple ocho décadas, incapaz de sobrevivir a la competencia y el marketing de sus rivales.

HoJo era uno de los grandes iconos en Estados Unidos. Howard Deering Johnson arrancó el n...

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Hubo un día en el que Howard Johnson era conocida por ser la mayor cadena de restaurantes de Estados Unidos, mucho antes de que la gigantesca McDonald inundara el mercado con las hamburguesas. Los techos naranjas de su casi un millar de restaurantes, principal seña de identidad de la casa, se veían al cruzar en coche, de costa a costa, el inmenso país. Pero el venerable negocio acaba de sucumbir cuando cumple ocho décadas, incapaz de sobrevivir a la competencia y el marketing de sus rivales.

La demolición del restaurante en Broadway, con medio siglo de presencia en la mítica plaza neoyorquina, marcará el fin oficial de una era

HoJo era uno de los grandes iconos en Estados Unidos. Howard Deering Johnson arrancó el negocio en 1925, tras heredar de su padre una pequeña farmacia y una máquina para hacer gaseosa. Tenía 27 años y 40.000 dólares en el bolsillo para invertir en un negocio que funcionara de verdad. Johnson centró su atención en la soda y empezó a servir helados de tres sabores: vainilla, chocolate y fresa. Cuando logró mejorar la calidad del producto, incorporó al menú perritos calientes, las croquetas y las almejas fritas que le dieron fama durante décadas.

El negocio iba viento en popa y en 1929 abrió un segundo local, justo antes de que el país entrara en la Gran Depresión. Nacía así lo que se convirtió en la primera cadena de restaurantes en EE UU y quizá del mundo. En menos de una década, el visionario emprendedor estadounidense abrió varios centenares de establecimientos por todo el país que se ganaron la confianza de los estadounidenses que viajaban por el país. Estaba convencido de que el automóvil cambiaría América.

Los uniformes de las camareras eran típicos y los 28 sabores de sus cremas de helado -generosas en grasa de mantequilla- eran gratamente apreciados por los clientes más glotones, también por su precio. Era el lugar perfecto para hacer un alto en el camino. Johnson estaba ganando tanto dinero que no necesitaba endeudarse. Su sed de expansión continuó y decidió sumar al boyante negocio el de los moteles de carretera. Para el año 1970, HoJo era un imperio con casi 1.000 restaurantes y 500 lugares de reposo.

Los años dorados se esfumaron a pesar del fuerte crecimiento de la compañía y el negocio empezaba a sentir la competencia de otros rivales allá por la década de los ochenta, con nuevos menús. HoJo fue vendida al conglomerado británico Imperial Group por 630 millones de dólares. Y ahí empezó su decadencia. La nueva dirección fracasó al rejuvenecer la cadena con un nuevo concepto de restaurantes y la viabilidad del negocio empezó a estar en causa. El imperio se desvanecía a pasos de gigante.

Cierre definitivo

HoJo es hoy, 15 años después, un icono del pasado en la historia de Estados Unidos y los últimos restaurantes de la cadena que sobreviven se preparan estos días para cerrar definitivamente sus puertas. El restaurante de la cadena en Times Square está previsto que cierre el próximo mes de junio, con lo que quedarán siete locales en todo el país. La competencia de otras cadenas de restaurantes, como Applebee o Ruby Tuesday, es demasiado fuerte para seguir tirando del negocio.

La demolición a final de año del restaurante en el número 1.551 de Broadway, con medio siglo de presencia en la mítica plaza neoyorquina, marcará el fin oficial de una era. La familia Rubinstein, propietaria de la marca, vendió el local y otros dos edificios por 100 millones de dólares. El nuevo propietario tiene pensado abrir un lujoso centro comercial de cuatro plantas. Otros locales de HoJo se han reconvertido en gimnasios o tiendas de descuento, otros fueron ocupados por restaurantes de la competencia y los hay que siguen esperando una decisión que marque su futuro.

El último restaurante de Howard Johnson en Times Square, Nueva York.AP

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