EL PROYECTO MÁS POLÉMICO DEL ALCALDE

2.000 vecinos se manifiestan contra las obras de ampliación de la M-30

El socialista Óscar Iglesias e Inés Sabanés, de IU, entre los integrantes de la protesta ciudadana

Con la idea de que la unión hace la fuerza, entre 1.500 y 2.000 vecinos del norte y del sur de Madrid se reunieron ayer a medio camino, en la Puerta del Sol, en protesta contra la ampliación de la M-30 diseñada por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. A la marcha entre el centro de la capital y la plaza de la Villa asistieron representantes de las plataformas vecinales, políticos de la oposición (entre ellos, Inés Sabanés, de IU, y Óscar Iglesias, del PSOE) y militantes ecologistas. Unos protestaron por las futuras chimeneas de evacuación de humos y otros por la tala "indiscriminada" de árboles...

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Con la idea de que la unión hace la fuerza, entre 1.500 y 2.000 vecinos del norte y del sur de Madrid se reunieron ayer a medio camino, en la Puerta del Sol, en protesta contra la ampliación de la M-30 diseñada por el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. A la marcha entre el centro de la capital y la plaza de la Villa asistieron representantes de las plataformas vecinales, políticos de la oposición (entre ellos, Inés Sabanés, de IU, y Óscar Iglesias, del PSOE) y militantes ecologistas. Unos protestaron por las futuras chimeneas de evacuación de humos y otros por la tala "indiscriminada" de árboles.

Asociaciones de vecinos de la colonia del Manzanares, de Chamberí, de La Flor, de Puerta del Retiro, del eje peatonal del paseo del Prado, Huertas y plaza de Oriente y Vallecas se juntaron ayer para protestar contra la remodelación de la M-30 iniciada por Ruiz-Gallardón, que incluye enterrar varios kilómetros de la carretera de circunvalación de Madrid tanto en el norte como en el sur de la ciudad. La obra costará 4.000 millones de euros, lo que endeudará a la ciudad durante 30 años.

Entre la pancarta de cabecera -la de los políticos y algún representante vecinal- y la cola de la manifestación había entre 1.500 personas, según la policía, y 2.000 según la organización, que había fijado en este número la cantidad de personas con las que la marcha sería un éxito. La pancarta, de la Plataforma Contra el Insostenible Proyecto de la M-30, la asociación organizadora, rezaba: "No más coches" y, dentro de una nube negra que salía de un tubo de escape, "Madrid contra la ampliación de la M-30". Detrás de ella, Sabanés, Iglesias, Julio Misiego (concejal de IU), decían todos lo mismo, pero con diferentes palabras: "Estamos cabreados de estar cabreados porque el dinero público se centra en la reforma de una vía urbana que no va a ayudar al tráfico".

Tala de árboles

También había recuerdos para la tala de árboles. Un vecino del barrio del Pilar llevaba numerosas fotografías de cómo eran la avenida de la Ilustración o la calle de Betanzos hace un año y cómo son en la actualidad. Los árboles que aparecían en unas fotos faltaban en las mismas realizadas un tiempo después. La portavoz de IU en el Ayuntamiento también anunció que piensa elevar estas protestas al Parlamento europeo.

El vecino Roberto Tornamira, de la Asociación de Afectados del Nudo Sur, se quejaba: "El túnel que se va a hacer afecta a la calidad de vida de los vecinos, destroza el parque de Tierno Galván y va a meter casi 300.000 vehículos más cada día en una ciudad ya de por sí saturada. Estamos aquí porque tenemos una buena liada, o mejor dicho, porque el alcalde nos ha liado una buena". Este colectivo ha sido, junto con las asociaciones del barrio del Pilar, uno de los más combativos contra la reforma. Reivindican que no quieren que les construyan una rejilla de evacuación de humos (ellos prefieren decir "partículas potencialmente cancerígenas") cerca de sus casas. "Si son rejillas, en la plaza de la Villa", gritaban.

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Al inicio de la marcha, un topo que simbolizaba lo que los asistentes definieron como el gusto de Gallardón por agujerear. Francisco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción, sólo ve pegas en la ampliación: "Esto es más congestión, más contaminación, más ruido, y a cambio nos ofrecen una alfombra verde sobre hormigón que va a costar qué se yo cuánto por metro cuadrado", explicó.

La marcha discurrió tranquila hasta que llegó a la plaza de la Villa, sede del Ayuntamiento. Fue allí donde se oyeron más consignas y donde Carmen Espinar, la presidenta de la Asociación de Vecinos de la Flor, del barrio del Pilar, leyó un texto de dos folios que hacía una enumeración de lo que ellos consideran los males de la reforma: costes económicos brutales, tala masiva de millares de árboles, incremento del número de vehículos que accederán a la ciudad, incremento también de la emisión de productos contaminantes atmosféricos, desvíos de autobuses, etcétera.

"Gallardón, chimenea en tu salón"; "ea, ea, ea, Madrid se cabrea", "Madrid, entero, es un agujero", fueron algunas de las consignas cantadas por los manifestantes al llegar a la plaza de la Villa, que no llenaron. Multitud de personas vieron la manifestación pasar. Alguno se unió a ella. Muchos turistas que pasaban por la zona trataron de interesarse por las reivindicaciones vecinales, como John y Shirley, que pese a llevar pocos días en la ciudad afirmaron haberse dado cuenta del altísimo número de coches que circulan por la capital.

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