Crítica:FERIA DEL LIBRO DE MADRID

En cárcel de papel

El autor sigue siendo la piedra angular del teatro y el teatro de creación o de actores, que tanto florece, también es teatro de autor. No lo son las puestas en escena hechas con préstamos de aquí y de allá: hay directores que viajan, miran, toman nota de aquello que creen novedoso, y lo reelaboran, calculando que pasará por original. Mientras la cartelera engorda a base de copias desvaídas, reposiciones y mil y un shakespeares, la parte mayor del teatro que escriben los autores que no actúan ni dirigen acaba fotocompuesta y sin escenario. Hiru, editorial guipuzcoana dirigida por Eva Fo...

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El autor sigue siendo la piedra angular del teatro y el teatro de creación o de actores, que tanto florece, también es teatro de autor. No lo son las puestas en escena hechas con préstamos de aquí y de allá: hay directores que viajan, miran, toman nota de aquello que creen novedoso, y lo reelaboran, calculando que pasará por original. Mientras la cartelera engorda a base de copias desvaídas, reposiciones y mil y un shakespeares, la parte mayor del teatro que escriben los autores que no actúan ni dirigen acaba fotocompuesta y sin escenario. Hiru, editorial guipuzcoana dirigida por Eva Forest, está publicando muchas obras nuevas de interés. De entre las últimas, destaco Como lentas aves, ópera prima en la que Vladímir García Morales (Valencia, 1978) evoca con humor filosófico la figura de Friedrich Hölderlin. El poeta alemán pasó los 37 últimos años de su vida atendido por la familia del carpintero Zimmer: era incapaz de cuidar de sí. García Morales abre la comedia con una visita inesperada: un extraño se presenta en casa de Zimmer, y le habla con admiración exaltada de Hölderlin y de su locura: "La demencia es la última protección / la última barrera. / El conocimiento verdadero / acaba codificándose / en un pliegue de demencia". ¿Quién es este visitante que lo sabe todo sobre Hölderlin y que parece mirarlo con un siglo de perspectiva? Pues Ludwig Wittgenstein, o mejor, Wittgenstein con la voz airada del protagonista de El ignorante y el demente. Los dos primeros movimientos de Como lentas aves son lo mejor que he leído del teatro escrito "a la manera de Bernhard". En el tercero, el autor cambia de estilo y dibuja al Hölderlin lírico, visionario, panteísta, en roce perpetuo con su familia de acogida. La huella de Bernhardt reaparece en el cuarto movimiento de Como lentas aves (el título es un verso de Hölderlin): la relación entre el protagonista y Lotte, hija de Zimmer, tiene el candor de la que mantienen el actor viejo (Minetti) y la niña Katharina en Sencillamente complicado. García Morales, licenciado en física y pianista, es un lector devoto del dramaturgo austriaco, y de Peter Weiss, que también tiene una obra sobre el autor de Hyperion.

La Asociación de Directores de Escena acaba de publicar Misterio y festival, tetralogía satírica de Francisco Nieva, inspirada en personajes y episodios de El viaje a Pantaélica. Las tinieblas de Egipto, la más redonda de entre estas obras de en torno a una hora de duración (sainetes, les llama Nieva), se hace eco de las reliquias que los monasterios españoles guardaban en el siglo XIX, según la Historia de España, de Miguel Morayta: leche de la Virgen María, sangre del buen ladrón mezclada con tierra del monte Calvario, espuma del Jordán cristalizada... y tinieblas de Egipto, esparcidas por Moisés para mantener al faraón a raya. Éstas, conservadas en una botella lacrada, son el regalo envenenado que un cardenal ofrece a Cambicio, joven caballero cuyos favores pretende. Una noche, la botella se rompe, dejando escapar cierta bruma oscura y femenina que seduce a Cambicio, y mantiene con él la relación de un súcubo con una víctima consentidora. La pieza está afinada para un gusto ligeramente perverso: hay, por ejemplo, una condesa que se introduce desnuda en una bañera del antepalco del teatro, durante el entreacto, mientras sus admiradores descorchan botellas de champán a su alrededor. Sabido es, Nieva (Valdepeñas, 1927) siente predilección por lo mágico y lo erótico.

La tetralogía se completa con En casa de Timoleón, el antiguo; La visita del catecúmeno, y Días de capuchinos. El volumen incluye tres Monólogos perversos, a modo de colofón. Los dos primeros son ligeros y afilados.No es mal sitio el papel para el teatro de Nieva, aunque su lugar verdadero sea el escenario. Otras obras tienen todavía más difícil acomodo. Nina, de José Ramón Fernández, Premio Lope de Vega en 2003, se ha publicado en la revista Estreno, editada en español por la Ohio Wesleyan University, y en francés, en Les Éditions de l'Amandier. Antaño el Lope de Vega era un premio de obligado estreno.

El dramaturgo Francisco Nieva (Valdepeñas, 1927).RICARDO GUTIÉRREZ

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