Crítica:

Soluciones habitacionales

La disolución de las disciplinas artísticas surgida con la posmodernidad está permitiendo a los creadores actuales realizar hibridaciones que abren sugerentes posibilidades a la reflexión estética. Así, una categoría que era propia del ámbito de la física o de la filosofía, como es el espacio, entra en liza como tema artístico siendo apropiada tanto por arquitectos como por escultores, de tal manera que la división y categorización espacial son abordadas con toda autoridad por artistas plásticos que proyectan y construyen, pero, como es lógico, éstos lo hacen con una desinhibición que salta po...

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La disolución de las disciplinas artísticas surgida con la posmodernidad está permitiendo a los creadores actuales realizar hibridaciones que abren sugerentes posibilidades a la reflexión estética. Así, una categoría que era propia del ámbito de la física o de la filosofía, como es el espacio, entra en liza como tema artístico siendo apropiada tanto por arquitectos como por escultores, de tal manera que la división y categorización espacial son abordadas con toda autoridad por artistas plásticos que proyectan y construyen, pero, como es lógico, éstos lo hacen con una desinhibición que salta por encima de las convenciones disciplinares que encorsetan el trabajo de los arquitectos. Así, dos jóvenes artistas, uno portugués, Carlos Bunga (Oporto, 1976), y otro italiano, Loris Cecchini (Milán, 1969), muestran obras en Madrid en las que el espacio arquitectónico es el motivo y tema de sus actuaciones plásticas. El primero ha construido y desconstruido físicamente el espacio de la galería Elba Benítez sirviéndose de ocasionales cajas de embalaje de cartón con las que ha formalizado suelos y tabiques que después ha pintado como si realizara un apartamento dentro de otro apartamento. Los materiales de desecho están aquí unidos con cinta adhesiva siguiendo una técnica propia del bricolador, con la que se pone en evidencia la precariedad de lo construido. El segundo artista proyecta, maqueta y construye parásitos arquitectónicos que invaden edificios, penetrando en sus interiores, o que trepan por los postes de la luz, generando una especie de nidos que surgen de una geometría irregular, como si fueran chabolas postecnológicas. En ambos casos, aunque las apariencias de sus obras son muy diferentes, los resultados se pueden encajar entre las estéticas neoconstructivista y neopovera desde las que parece que ponen en entredicho la capacidad de la arquitectura actual, tecnológica e "inteligente", para generar espacios que posean cualidades vivenciales, de crear ambientes en los que el hombre pueda existir y sortear la angustia de lo inmediato. Aunque ambos artistas proceden de otros países, estas dos exposiciones podrían contribuir a la polémica de las "soluciones habitacionales" y en la necesaria crítica a la falta de calidad de la vivienda en España.

LORIS CECCHINI

Galería Max Estrella

Santo Tomé, 6. Madrid

Hasta el 31 de mayo

CARLOS BUNGA

Galería Elba Benítez

San Lorenzo, 11. Madrid

Hasta el 21 de mayo

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