Editorial:

Ida y vuelta

La experiencia es la madre de la ciencia: bastantes de los conductores que en la ida (hacia las playas) se vieron atrapados en atascos de hasta 200 kilómetros, escalonaron su salida de regreso para evitar revivir la pesadilla. Ayer hubo retenciones en las autovías que comunican Madrid con las costas levantinas y andaluzas, pero nada comparable a lo ocurrido el viernes y sábado pasados. Pero esa misma experiencia debería servir para que las autoridades actúen como memoria colectiva de los ciudadanos y, antes del próximo puente, adviertan a los automovilistas, con métodos persuasivos, de la conv...

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La experiencia es la madre de la ciencia: bastantes de los conductores que en la ida (hacia las playas) se vieron atrapados en atascos de hasta 200 kilómetros, escalonaron su salida de regreso para evitar revivir la pesadilla. Ayer hubo retenciones en las autovías que comunican Madrid con las costas levantinas y andaluzas, pero nada comparable a lo ocurrido el viernes y sábado pasados. Pero esa misma experiencia debería servir para que las autoridades actúen como memoria colectiva de los ciudadanos y, antes del próximo puente, adviertan a los automovilistas, con métodos persuasivos, de la conveniencia de adelantar o retrasar la salida para que no coincidan todos a la misma hora.

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El director general de Trafico se mostró ayer "estupefacto" ante las cosas que se están diciendo respecto a los atascos de la última Operación Salida. Es verdad que entre la tendencia nacional al arbitrismo y la costumbre de culpar de todo al Gobierno se han dicho muchas bobadas; pero también que sin las críticas, exageradas o no, los políticos tenderían a disculpar sus errores y a refugiarse en la pasividad escéptica.

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Por supuesto que el parque automovilístico crece más rápidamente que la red viaria, y que sería absurdo construir ésta en función no del tráfico normal, sino del excepcional de las operaciones especiales de salida (360.000 vehículos salieron de Madrid en 24 horas) y retorno. Pero sí es posible una mayor finura preventiva. Como mínimo, informar por adelantado de rutas alternativas, establecer a tiempo carriles suplementarios y prever vías de escape de los atascos.

A última hora del viernes, la Dirección de Tráfico comenzó a recomendar aplazar la salida o regresar a los que aún pudieran hacerlo. Pero para entonces decenas de miles de familias estaban atrapadas, con el agravante de que muchos vehículos se quedaron sin gasolina y que el combustible se agotó en algunas gasolineras. ¿No podían haberse tomado medidas preventivas antes de llegar a esa situación? La experiencia demuestra que sí.

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