Cartas al director

No hay problemas de conciencia

Durante mis siete años estudiando religión en el bachiller, que terminé con el examen de Estado en la Universidad Central de Madrid, en la calle San Bernardo, en 1950, aprendí sobre materia, forma y ministro que el sacerdote no casa a los contrayentes. No comprendo cómo el obispo Ricard Maria Carles olvida que en el sacramento del matrimonio -a diferencia de otros en los que el clérigo perdona, bautiza, ordena- el ministro de Dios es un simple testigo, son los novios/as quienes se casan con su "sí quiero". Igualmente, en el matrimonio civil, el alcalde o sus delegados tampoco casan, actúan com...

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Durante mis siete años estudiando religión en el bachiller, que terminé con el examen de Estado en la Universidad Central de Madrid, en la calle San Bernardo, en 1950, aprendí sobre materia, forma y ministro que el sacerdote no casa a los contrayentes. No comprendo cómo el obispo Ricard Maria Carles olvida que en el sacramento del matrimonio -a diferencia de otros en los que el clérigo perdona, bautiza, ordena- el ministro de Dios es un simple testigo, son los novios/as quienes se casan con su "sí quiero". Igualmente, en el matrimonio civil, el alcalde o sus delegados tampoco casan, actúan como testigos, con sus conciencias tranquilas.

En cuanto a lo de Auschwitz, recuerdo que los curas -en nuestra guerra incivil- daban la extremaunción en los fusilamientos, cumpliendo con la ley de su conciencia. A mí me hicieron agnóstico por la gracia de Dios.

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