Herminio Molero exhibe sus últimos acrílicos antes de reorientar su trabajo

"Quiero recobrar mi aire de vanguardia de los 60", dice el pintor

Herminio Molero (La Puebla de Almoradiel, Toledo, 1948), pintor y uno de los fundadores de Radio Futura, muestra en Bilbao por primera vez una selección de sus acrílicos realizados en los últimos tres años. El pintor, a quien una lesión ha mantenido postrado cuatro meses, ha aprovechado ese tiempo para "reflexionar y dibujar" y se prepara ahora para recuperar el camino del dibujo que siguiera en sus inicios.

"Quiero recuperar el aire de vanguardia de los sesenta que tenía. Echo de menos ese tipo de arrojo y creo que es hora de retomarlo, con madurez", comenta Molero, momentos antes de u...

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Herminio Molero (La Puebla de Almoradiel, Toledo, 1948), pintor y uno de los fundadores de Radio Futura, muestra en Bilbao por primera vez una selección de sus acrílicos realizados en los últimos tres años. El pintor, a quien una lesión ha mantenido postrado cuatro meses, ha aprovechado ese tiempo para "reflexionar y dibujar" y se prepara ahora para recuperar el camino del dibujo que siguiera en sus inicios.

"Quiero recuperar el aire de vanguardia de los sesenta que tenía. Echo de menos ese tipo de arrojo y creo que es hora de retomarlo, con madurez", comenta Molero, momentos antes de ultimar los detalles de su exposición en la galería Espacio Marzana de Bilbao (Muelle de Marzana, 5, hasta el 31 de mayo), cuando han pasado 32 años desde su primera muestra en Madrid. Mientras se prepara para esta nueva etapa, Molero ha seleccionado, basándose "en la técnica más que en la temática", una decena de acrílicos realizados en los últimos tres años. Acrílicos es precisamente el nombre de la muestra. "Aunque siempre he usado esta técnica, nunca he puesto este título", indica.

Molero, alejado hace años de su actividad musical y centrado en la pictórica, aprecia en su obra una intencionada "ambigüedad". Su trabajo representa una de las aportaciones más significativas en la figuración madrileña de los setenta. Conocido por sus ciclos de toreros, cantaoras y poetas del 27, él define su pintura como "pop-barroco", un trabajo en el que mezcla palabras e imágenes, música y color.

"Uso siempre colores muy vivos, excepto el sobrio de Mayo 36, que pueden parecer demasiado alegres, pero si se pasa un poco de la primera impresión hay un fondo dramático. Imprimo dramatismo tras los colores vivos", comenta.Una lesión -"no era grave", dice- le ha mantenido apartado un tiempo de la pintura, pero esos meses le han servido para "reflexionar" y convencerse de que su trayectoria le pide ahora un cambio de dirección. El reposo le ha hecho mirar atrás y reconsiderar. "Me he dado cuenta de que con los años he ido conformando una pintura más convencional, aunque lo digo sin ánimo de autocrítica porque estoy encantado con lo que hago", afirma.

Sin embargo, algo de autocrítica habrá hecho en esa temporada cuando prevé que la marcha de su pintura discurrirá a partir de ahora por otros derroteros. "Hace un año que expuse en Madrid dibujos que no eran sino bocetos de los cuadros que tenía en casa. La exposición tuvo mucho éxito. Ahora, durante la enfermedad, he estado dibujando también, que es algo que hacía en los años sesenta. He estado recuperándome como dibujante y presiento que eso es a lo que voy a dedicarme a partir de ahora", concluye.

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