Análisis:Inversiones | CONSULTORIO

Bolsa 'versus' Bonos

La primera decisión a tomar en la gestión de carteras, ya sean carteras de particulares o carteras institucionales, es la denominada asignación de activos (asset allocation), es decir, el reparto de la misma entre las tres grandes categorías de activos, básicamente liquidez, renta fija a largo y renta variable. Y sobre dicha decisión se toma la de los valores específicos (plazos, sectores, áreas geográficas, etcétera) con las que conformar la composición de la cartera.

Los más o menos complejos modelos que se utilizan para el reparto entre renta fija y renta variable, básicamente...

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La primera decisión a tomar en la gestión de carteras, ya sean carteras de particulares o carteras institucionales, es la denominada asignación de activos (asset allocation), es decir, el reparto de la misma entre las tres grandes categorías de activos, básicamente liquidez, renta fija a largo y renta variable. Y sobre dicha decisión se toma la de los valores específicos (plazos, sectores, áreas geográficas, etcétera) con las que conformar la composición de la cartera.

Los más o menos complejos modelos que se utilizan para el reparto entre renta fija y renta variable, básicamente pretenden identificar el atractivo relativo de una y otra en términos de flujos de rentabilidad esperada y riesgo de fluctuación de los precios.

"No es una situación habitual. Históricamente, la rentabilidad de los bonos ha sido muy superior a la de los dividendos"

En el primer componente, actualmente la renta fija y la variable muestran un absoluto empate, en la medida en que la Bolsa española, representada en el índice Ibex que integra a las 35 empresas con mayor contratación del mercado, genera una rentabilidad por dividendos del 3,5%, rentabilidad similar a la que actualmente produce la deuda a largo plazo, representada por el bono a 10 años.

Esa situación en absoluto es habitual; de hecho, históricamente la rentabilidad de los bonos ha sido muy superior a la de los dividendos de la renta variable.

Sobre la base de dicha situación, el "desempate" debe venir del riesgo relativo de fluctuación de precios en la renta fija y la renta variable, y es aquí donde, en nuestra opinión, gana la segunda.

La renta variable tiene un gran potencial de recorrido en ambas direcciones, al alza y a la baja, mientras que la renta fija tiene un recorrido potencial mucho más asimétrico, con mayor riesgo de repunte de tipos (caída de precios) que de lo contrario, a menos que se asuma un escenario económico mundial profundamente recesivo, lo que no compartimos.

Ángel Berges y Ricardo Laborda son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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