El PA, el mejor
Tres o cuatro equipos de fútbol en La Primera División, siete u ocho en La Segunda, tres en la ACB, el Unicaja de Almería campeón de voleibol, Málaga en Baloncesto, más atletas andaluces que nunca en las Olimpiadas, los segundos en el medallero, el esquí, etcétera.
Esos son los hechos, los resultados, que no aciertos, de la Consejería de Deportes en manos del Partido Andalucista (PA). En ocho años, el Deporte y sobre todo el atletismo andaluz, ha pasado de ser residual, despectivo y de dar alguna agradable sorpresa a ser el primero o segundo de España. Con otros ocho habríamos sacado un...
Tres o cuatro equipos de fútbol en La Primera División, siete u ocho en La Segunda, tres en la ACB, el Unicaja de Almería campeón de voleibol, Málaga en Baloncesto, más atletas andaluces que nunca en las Olimpiadas, los segundos en el medallero, el esquí, etcétera.
Esos son los hechos, los resultados, que no aciertos, de la Consejería de Deportes en manos del Partido Andalucista (PA). En ocho años, el Deporte y sobre todo el atletismo andaluz, ha pasado de ser residual, despectivo y de dar alguna agradable sorpresa a ser el primero o segundo de España. Con otros ocho habríamos sacado una generación de tenistas, pilotos, ajedrecistas..., no nos ha dado tiempo.
Esa Consejería en manos del PSOE regresará a la oscuridad. Si no hubiese sido por nosotros, de qué iba a salir un atleta de élite en Guadix, Paco Fernández, el gran Paco, apodado el Paquillo, seguiría brincando acequias en los secanos y digo secanos porque la Consejería del PSOE de Agricultura no ha invertido nada en regadío.
No hablaré de la Consejería de Relaciones Institucionales o de la de Turismo (la mejor de España, creando las rutas del Legado -copiadas en todos lados- la marca producto andaluz, con la que casi salvamos la agricultura andaluza). Cuando gobernemos no tendremos que empezar de cero, sino de algún número irreal, donde las evidentes superaciones del socialismo andaluz nos lleve. Nos pondremos manos a la obra, como obligación andalucista sin rendir cuentas a vascos o catalanes, sólo a la tierra y a la libertad.