Reportaje:

El piso menguante

Pocas veces algo tan medido -una superficie de 30 metros cuadrados, también conocida como minipiso- ha levantado una polémica tan ingobernable. El portavoz de Vivienda del PP en la Comunidad de Madrid, el arquitecto y concejal Sigfrido Herráez, la ha definido con una sola frase: "Una buena idea tan mal vendida que la propia ministra se la ha cargado". La ministra es la de Vivienda, María Antonia Trujillo, del PSOE, que el lunes, en la Feria Internacional de la Construcción, anunció que estaba dispuesta a rebajar la superficie mínima de los pisos protegidos hasta los 30 metros cuadrados.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pocas veces algo tan medido -una superficie de 30 metros cuadrados, también conocida como minipiso- ha levantado una polémica tan ingobernable. El portavoz de Vivienda del PP en la Comunidad de Madrid, el arquitecto y concejal Sigfrido Herráez, la ha definido con una sola frase: "Una buena idea tan mal vendida que la propia ministra se la ha cargado". La ministra es la de Vivienda, María Antonia Trujillo, del PSOE, que el lunes, en la Feria Internacional de la Construcción, anunció que estaba dispuesta a rebajar la superficie mínima de los pisos protegidos hasta los 30 metros cuadrados.

Trujillo, al frente de un ministerio extremadamente sensible a la población, dado el elevadísimo coste de las casas, acababa de pisar una mina. La oposición la acusó al momento de querer "hacinar" a las personas más pobres; las asociaciones de consumidores, de querer levantar infraviviendas; varios Gobiernos regionales, el catalán incluido, se desmarcaron de la propuesta como si ésta abrasara.

Trujillo, al frente de un ministerio extremadamente sensible a la población, dado el elevado precio de la vivienda, acaba de pisar una mina
En España, el 70% de los menores de 30 años vive con sus padres. Los 'minipisos' deben llegar en auxilio de este batallón de jóvenes
"Si se dividen los metros cuadrados habitables en España, sale...¡30 metros!, lo que mide un 'minipiso", según un sociólogo

El ministerio se vio obligado los días siguientes a matizar, insistiendo en que no era más que un estudio, que se quería circunscribir al mercado de jóvenes de alquiler y que no se incluiría en el futuro Plan de Vivienda. Mientras, los telediarios se llenaban de minipisos ya existentes: algunos eran infraviviendas; otros, no. Los arquitectos aseguran que 30 metros cuadrados, aprovechados, dan para mucho, y los sociólogos alertan de la necesidad de que los jóvenes se vayan antes de casa, mudándose a un minipiso o no.

El mercado de pisos enanos en grandes ciudades ya existe, espoleado por una demanda que no decae. En un esquinazo de Vallecas, lejos del centro de Madrid, la constructora Detinsa ofrece pisos de 40 metros cuadrados por 175.000 euros. Se han vendido casi un centenar en los últimos meses. Y en Madrid y Barcelona es normal comprar, vender y alquilar apartamentos o estudios de segunda mano de 30 metros cuadrados. "Se venden bien porque son céntricos y no valen más de 175.000 euros, que es el límite", asegura Rafael Gil, de Detinsa.

En España, sólo el 0,4% de los pisos tiene menos de 30 metros cuadrados. Pero esta cifra se eleva hasta el 1,2% en Madrid. Y la tendencia va a más: en Francia, el porcentaje llega al 4%, y en París ronda el 10%. Es decir, los pisos van a seguir menguando. Responden a una necesidad creciente: la de personas que viven solas. Ahora bien: una gran parte de los solitarios franceses son jóvenes, ya que en Francia el 50% de los menores de 21 años vive ya por su cuenta. En España, el 70% de los jóvenes menores de 30 años reside aún con sus padres.

Los minipisos deben llegar en auxilio de este batallón de jóvenes, a juicio del sociólogo Lorenzo Navarrete: "Contamos con un millón y medio de universitarios que podrían beneficiarse de este tipo de vivienda". Para Navarrete, el minipiso es ideal para un universitario que vive casi tanto en la calle -o en el campus- como en su casa; que aún depende de sus padres económicamente, pero que ya ha dado el salto desde el nido. Y recuerda el axioma que todo emancipado tiende a cumplir: "Una vez fuera de la casa de tus padres, ya no vuelves". "La idea de la ministra me parece correcta para esta franja de la población. No es la solución al problema de la vivienda, pero puede ser una de las soluciones", añade.

El también sociólogo, especializado en temas de vivienda, Jesús Leal está de acuerdo: "La modernidad trae cambios. Y para una situación transitoria, como es el caso de jóvenes que quieran habitar su primera vivienda, de preferencia en alquiler, es razonable". Y apunta un dato: "Si dividimos el número de metros cuadrados edificados por el de habitantes en España salen... ¡30 metros cuadrados por cabeza! Exactamente lo que mide un minipiso, así que no hay que alarmarse". A juicio de este sociólogo, la polémica obedece a que a la ministra "se le ha entendido mal o se le ha querido entender mal".

En el otro lado, organizaciones de consumidores y sindicatos advierten que la medida, a la larga, puede acarrear que aumente la especulación en pisos diminutos o que familias enteras acaben habitando minipisos. También hay arquitectos que no lo ven claro, como Beatriz Matos: "La función eminentemente social de la vivienda protegida no se soluciona con esto". Un portavoz del Ministerio de la Vivienda insistió en que "estos minipisos irían destinados a estudiantes, situados en un campus, por ejemplo, y en alquiler".

Otro arquitecto, Luis González-Gallegos, especializado en buscar soluciones imaginativas para aprovechar cada metro de superficie, defiende la idea: "Una casa de 30 metros diáfana, en la que las camas se escondan en el hueco de un pasillo elevado, es más habitable para una sola persona que un piso de 50 con muchas habitaciones. Y concluye: "Se trata de romper ese círculo cerrado en que andan muchos jóvenes: atados a sus padres hasta que pueden atarse a la hipoteca".

Isabel Storch, química de 32 años, en su buhardilla de 27 metros cuadrados en el centro de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

Sobre la firma

Archivado En