OPINIÓN DEL LECTOR

El colegio J. H. Newman puntualiza

En respuesta a la información suscrita por Soledad Alcaide en la sección de Madrid, el pasado día 29 de marzo, y como responsable del colegio internacional Newman, que no exige ninguna aportación económica para la futura admisión de los alumnos, me gustaría informarle personalmente de algunas afirmaciones que aparecen en dicho reportaje y que no se atienen a la realidad de los hechos: la Fundación Internacional de Educación, solicita aportaciones voluntarias a los padres interesados, como al resto de las personas de la sociedad que quieran favorecer y apoyar iniciativas educativas de estas car...

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En respuesta a la información suscrita por Soledad Alcaide en la sección de Madrid, el pasado día 29 de marzo, y como responsable del colegio internacional Newman, que no exige ninguna aportación económica para la futura admisión de los alumnos, me gustaría informarle personalmente de algunas afirmaciones que aparecen en dicho reportaje y que no se atienen a la realidad de los hechos: la Fundación Internacional de Educación, solicita aportaciones voluntarias a los padres interesados, como al resto de las personas de la sociedad que quieran favorecer y apoyar iniciativas educativas de estas características.

El colegio internacional J. H. Newman es un colegio de carácter público (aunque de titularidad no estatal) que está promovido precisamente para que puedan asistir alumnos de todas las características.

Los criterios de admisión de alumnos serán, por tanto, los que establece la legislación actual. La Fundación Internacional de Educación, en ningún momento ha recibido un solo céntimo ni del Ayuntamiento de Madrid, ni de la Comunidad Autónoma de Madrid para la construcción del colegio. La construcción del mismo es fruto de la sociedad civil que con su esfuerzo y generosidad hace posible una iniciativa de esta naturaleza; fundamentalmente familias interesadas en la propuesta educativa que nuestro colegio ofrece.

Una sociedad está viva cuando tiene la capacidad de educar a las nuevas generaciones. La responsabilidad de educar corresponde a los padres, y son ellos -y no el Estado- quienes deciden la modalidad y el proyecto educativo que consideran más adecuados para la educación de sus hijos.

El problema real que tenemos que abordar no es el de los baremos para ingresar en un centro educativo. La cuestión fundamental a abordar es la que tiene presente estas dos preguntas de fondo: qué es educar y quién tiene que educar.

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