Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

¿Miedo al euro?

El euro cotiza en máximos de la última década frente al dólar y a las divisas de los mayores socios comerciales de la UEM. Todo apunta, además, a que se mantendrá la situación en los próximos dos años. Estos niveles, muy por encima de los que justificarían sus fundamentos económicos, junto a la magnitud de la apreciación, más de un 25% en términos efectivos desde 2002, afecta negativamente a la competitividad-precio de la exportación europea. En un contexto de crecimiento aún moderado en Europa, este deterioro despierta preocupación, en especial en los países en los que el sector exterior cont...

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El euro cotiza en máximos de la última década frente al dólar y a las divisas de los mayores socios comerciales de la UEM. Todo apunta, además, a que se mantendrá la situación en los próximos dos años. Estos niveles, muy por encima de los que justificarían sus fundamentos económicos, junto a la magnitud de la apreciación, más de un 25% en términos efectivos desde 2002, afecta negativamente a la competitividad-precio de la exportación europea. En un contexto de crecimiento aún moderado en Europa, este deterioro despierta preocupación, en especial en los países en los que el sector exterior contribuye más al crecimiento.

Pero no todos los países son iguales. Los exportadores alemanes, por ejemplo, tienen menos motivos para preocuparse por el euro que los de otros países. Estimaciones realizadas muestran que sus ventas fuera de la UEM son poco sensibles al tipo de cambio. La elasticidad al crecimiento mundial es relativamente más importante, quizás por el tipo de bienes que exportan, con un elevado componente tecnológico que les hace poco susceptibles a la sustitución y menos competidores en precios. Pero, además, el exportador alemán ha realizado en los últimos años un ajuste de precios, vía deslocalización y control de costes laborales. Esto ha permitido contrarrestar parte del impacto de la apreciación del euro y mantener el dinamismo exportador, en un entorno de fortaleza del crecimiento mundial. La clave para su evolución, por tanto, está en la demanda mundial, y no tanto en el euro.

El impacto de la fortaleza del euro en las exportaciones de los países de la UE depende de la especialización comercial de cada país

En el extremo opuesto se halla Italia, donde la sensibilidad de las exportaciones al tipo de cambio es mucho más elevada. Su relativa especialización en sectores tradicionales y bienes intensivos en mano de obra la hace más vulnerable a la competitividad-precio y a la creciente competencia de países como China, con costes laborales muy bajos. Además, a diferencia del caso alemán, sus exportaciones han registrado un deterioro de sus precios relativos en los últimos años, lo que ha acentuado el impacto negativo de la apreciación del euro sobre su competitividad. No sorprende, por tanto, el paulatino descenso registrado en la cuota de exportación de Italia en el comercio internacional, sobre la que también ha influido su orientación hacia mercados de crecimiento relativamente bajo. A la vista de todo lo anterior, las exportaciones italianas extra-UEM en los próximos años están sujetas a mayor incertidumbre que las alemanas.

Elena Nieto es economista del Servicio de Estudios de BBVA.

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