Columna

Nutrientes

Amiga mía, tu felicidad y la de los tuyos dependen de que no escatimes esfuerzos ni presupuesto en alimentarles científicamente. Atiende, pues, estos consejos recopilados en una tarde de televisión: lo que vives hoy te protegerá mañana.

Observa bien a tu marido y a tus hijos, qué pena, tan desvanecidos y tristones. Pero míratelos después de este yogur y serás testigo de cómo se operan los milagros: donde antes sólo se arrastraban seres descoloridos, presos de la languidez matinal del oficinista, ahora todo es aura, vigor y alegría. ¿Valía o no la pena pagar esos céntimos de más?

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Amiga mía, tu felicidad y la de los tuyos dependen de que no escatimes esfuerzos ni presupuesto en alimentarles científicamente. Atiende, pues, estos consejos recopilados en una tarde de televisión: lo que vives hoy te protegerá mañana.

Observa bien a tu marido y a tus hijos, qué pena, tan desvanecidos y tristones. Pero míratelos después de este yogur y serás testigo de cómo se operan los milagros: donde antes sólo se arrastraban seres descoloridos, presos de la languidez matinal del oficinista, ahora todo es aura, vigor y alegría. ¿Valía o no la pena pagar esos céntimos de más?

¿Qué clase de madre negaría a sus criaturas (y a las criaturas a las que invitan a merendar) un plus de cereales y frutas? ¿Cómo no llenar la despensa de pan enriquecido con nutrientes, fósforo y vitaminas, mucho mejor, además, si va regado con un zumo de salta y corre? (aunque debes ir con tiento, porque al parecer acecha a las consumidoras una especie de síndrome del biofrutas de litro, que provoca ansiedad y conducción temeraria hasta el supermercado más próximo). No dejes de completar la alimentación de toda la familia para que estén completamente bien.

¿Y qué hay para tí? Tranquila, también son importantes tu tránsito y bienestar, y por ello incluirás en la cesta de la compra esas galletas con venio de efectos bífidus que ayudan a la absorción del calcio, y toda clase de productos para activar la flora intestinal. Sin olvidar las isoflavonas de la soja (fuente de la eterna juventud) que hallarás en dulces de la sección dietética, o directamente en píldoras. Regálate también un tarro de aminoácidos, vulgarmente champú.

Pero si lo que buscas además de salud y belleza es una pizca de amor, olvida las ostras y el champán y llévate el nuevo yogur afrodisíaco. O esos desayunos que, de repente, apareces tumbada en una camilla mientras magistralmente te masajean (o soban) media docena de manos.

Las galletas igual saben a perro, pero... ¿y la cara de gusto que se te queda?

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