OPINIÓN DEL LECTOR

Corresponsabilidad, clave de la igualdad

La incorporación de las mujeres al mundo público ha avanzado notablemente en las últimas décadas, fruto de la lucha de las mujeres por acabar con la exclusión a la que nos había sometido el orden patriarcal. Este avance, tan justo para las mujeres, tan saludable para el conjunto de la sociedad, se está produciendo todavía de manera deficitaria y desigual, y sobre todo, se está produciendo a costa del desgaste que supone superar las trabas estructurales y la marginación simbólica que la sociedad aún intenta imponernos.

La realidad da mucho de sí. En el caso de las mujeres, nos permite ce...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La incorporación de las mujeres al mundo público ha avanzado notablemente en las últimas décadas, fruto de la lucha de las mujeres por acabar con la exclusión a la que nos había sometido el orden patriarcal. Este avance, tan justo para las mujeres, tan saludable para el conjunto de la sociedad, se está produciendo todavía de manera deficitaria y desigual, y sobre todo, se está produciendo a costa del desgaste que supone superar las trabas estructurales y la marginación simbólica que la sociedad aún intenta imponernos.

La realidad da mucho de sí. En el caso de las mujeres, nos permite celebrar lo mucho que hemos avanzado, a la vez que continuar sufriendo la violencia machista: contratos eventuales y a tiempo parcial, menor salario, asesinatos, invisibilización, objetuali-zación en los medios de comunicación, y un largo etcétera que incluye la situación extrema de marginación y explotación sexual de una gran parte de las mujeres inmigrantes. Para modificar esta situación, son necesarios cambios en todos los ámbitos: legislativo, económico, laboral, social y cultural.

En los próximos meses, se va a debatir en el Parlamento estatal la modificación de la Ley de Conciliación de la Vida Laborar y Familiar.

Y nosotras, conciliar... conciliamos. Ese es el problema, que quien concilia, somos nosotras. Es más, conciliamos todas las cargas domésticas con nuestro trabajo, nuestro compromiso socio-político, etcétera. Y es que lo que queremos, es conciliar menos, y vivir más. O sea, queremos conciliar nuestra vida laboral, sindical, familiar... con nuestra vida personal.

Es preciso que el Gobierno se comprometa en la nueva ley con verdaderos avances, distinguiendo lo que son políticas de la familia y políticas de la mujer, acercándose a la situación de los países de nuestro entorno: ampliación del permiso por maternidad, permiso específico de paternidad, flexibilidad de horarios laborales, etcétera.

Es imprescindible la corresponsabilidad de los hombres en el ámbito doméstico, porque si no vamos a medias, quizás otro mundo sea posible, pero mientras tanto, éste, el diario y cotidiano nuestro, seguirá siendo un ámbito de explotación, apropiación e injusticia para las mujeres.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En