Miedo
Martes 8 de marzo de 2005. Última hora de la tarde. Estación de metro Plaza de Castilla. Espero en el andén de la línea 9. "Desalojen la estación", atravieso el pasillo. Policía gritando: "Corran". Huele a miedo. Las escaleras se multiplican y mis piernas no alcanzan; todos corremos buscando la salida. En el exterior, policía gritando: "Desalojen la zona". Soy miedo. A mi alrededor los mismos nervios en otros ojos, también lloran. ¿11-M. Cumbre antiterrorista-Madrid 2012-Windsor en llamas? Pero nuestro miedo no existe; ni una breve reseña informativa; ni rastro de la noticia. Aún la bus...
Martes 8 de marzo de 2005. Última hora de la tarde. Estación de metro Plaza de Castilla. Espero en el andén de la línea 9. "Desalojen la estación", atravieso el pasillo. Policía gritando: "Corran". Huele a miedo. Las escaleras se multiplican y mis piernas no alcanzan; todos corremos buscando la salida. En el exterior, policía gritando: "Desalojen la zona". Soy miedo. A mi alrededor los mismos nervios en otros ojos, también lloran. ¿11-M. Cumbre antiterrorista-Madrid 2012-Windsor en llamas? Pero nuestro miedo no existe; ni una breve reseña informativa; ni rastro de la noticia. Aún la busco; mi miedo y yo nos avergonzamos y sentimos miedo. No debe resultar de interés general lo (re) vivido el pasado martes. Aún duele la adrenalina en el cuerpo; pero duele aún más el miedo de Madrid; porque no hay mayor dolor que vivir con miedo.