OPINIÓN DEL LECTOR

Somos conductores adultos

¡Qué le pasa a la Dirección General de Tráfico! Porque en cuanto hay una anomalía climática o alteración de tráfico de cualquier tipo, la todopoderosa y agresiva DGT falla sistemáticamente.

¿Cómo se nombran a los directores provinciales de Tráfico? ¿Prima el autoritarismo a la profesionalidad? ¿Se sigue colocando al político amiguete de turno o se pone en el puesto a un técnico con máster? Por qué no se les da un carné con puntos como a los "sempiternos culpables" conductores.

Pregunto todo esto porque a un servidor le tocó, el 26-12-2004, el monstruoso atasco de 3.000 vehículos ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

¡Qué le pasa a la Dirección General de Tráfico! Porque en cuanto hay una anomalía climática o alteración de tráfico de cualquier tipo, la todopoderosa y agresiva DGT falla sistemáticamente.

¿Cómo se nombran a los directores provinciales de Tráfico? ¿Prima el autoritarismo a la profesionalidad? ¿Se sigue colocando al político amiguete de turno o se pone en el puesto a un técnico con máster? Por qué no se les da un carné con puntos como a los "sempiternos culpables" conductores.

Pregunto todo esto porque a un servidor le tocó, el 26-12-2004, el monstruoso atasco de 3.000 vehículos entre Lerma y Bribiesca en la A-1 y AP-1, en donde, sin necesidad de cadenas (miente quien diga lo contrario), sufrimos la incapacidad manifiesta de una Dirección General de Tráfico que ni cortó la entrada a la ratonera que suponían 120 kilómetros de coches paralizados ni informó en ningún momento sobre la desagradable y grotesca situación.

Pero además, el 28-02-2005 sufrimos de nuevo otro largo atasco, del formarse colas kilométricas de automóviles en la N-340 por los absurdos semáforos de pueblos como los minimunicipios veraniegos de Calahonda y Torrenueva que, desiertos en invierno, dormitaban plácidamente y sin un alma el Día de Andalucía.

Por favor, menos paternalismo con los conductores y más eficacia a la hora de la verdad. No vaya a suceder que, como con el antiguo régimen militar político y nuestra sempiterna minoría de edad para meter un voto en una urna, la actual DGT nunca nos considerará adultos para ejercer el elemental derecho de poder conducir nuestros propios coches.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En