Los empresarios de Cataluña se declaran preocupados por la nueva crisis del Gobierno autónomo

Llueve sobre mojado. En enero de 2004 fue el caso Carod y, ahora, el estruendo provocado por la acusación del supuesto cobro de comisiones por parte de CiU en la adjudicación de obras públicas, vertida por el jueves por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que las cifró en un 3%. El empresariado catalán no sabe ya como encajar las crisis del Gobierno tripartito. "A los empresarios no nos gusta el ruido, venga de donde venga. Queremos, estabilidad, que se gobierne, nada más", señalaba ayer el presidente de una asociación patronal.

"Preocupación" es una de las expresi...

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Llueve sobre mojado. En enero de 2004 fue el caso Carod y, ahora, el estruendo provocado por la acusación del supuesto cobro de comisiones por parte de CiU en la adjudicación de obras públicas, vertida por el jueves por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, que las cifró en un 3%. El empresariado catalán no sabe ya como encajar las crisis del Gobierno tripartito. "A los empresarios no nos gusta el ruido, venga de donde venga. Queremos, estabilidad, que se gobierne, nada más", señalaba ayer el presidente de una asociación patronal.

"Preocupación" es una de las expresiones más empleadas por la mayoría de los empresarios reunidos este fin de semana en unas jornadas de economía celebradas en la exclusiva localidad gerundense de S'Agaró.

El déficit inversor en infraestructuras y en formación centraron las inquietudes que mostraron públicamente los patronos a Maragall en una cena-coloquio celebrada el viernes por la noche.Sin embargo, flotaba en el ambiente cierta excitación por saber la última hora y, sobre todo, las consecuencias de lo que, minutos antes, el presidente de la Generalitat había calificado ante el mismo auditorio como "incidente específico". Pero nadie se atrevió a romper el hielo.

Ayer, sin Maragall, los patronos se mostraron un poco más sueltos. Eso sí, bajo el anonimato. "Vamos de sorpresa en sorpresa, de disgusto a disgusto, de crisis en crisis", se exclamaba un industrial textil, quien añadió: "Cuando no es ERC, son las discrepancias con el Gobierno Zapatero, salidas de tono de algún consejero o lo de esta semana".

El tripartito no es santo de la devoción del empresariado catalán más acomodado y algunos han aprovechado para recordarlo. "Este Gobierno preocupa, los despropósitos se van acumulando y, si algo no cambia, el señor Maragall no tendrá más remedio que convocar elecciones anticipadas", explica inquieto un empresario farmacéutico. Un directivo del sector financiero lo ratifica con mucho más ímpetu: "La situación de tensión es insostenible y muchos creemos que, una vez elaboradas las propuestas del Estatuto y de financiación, vamos a unas elecciones anticipadas".

La apreciación no es compartida por otros colegas suyos, que aseguran que el tripartito aguantará. "Más cosas que les han pasado ya...", recuerda un empresario de la automoción. "Tenemos la sensación de que los políticos van a lo suyo y que, al final, nos las tenemos que arreglar solos", se lamenta con cierta resignación un industrial agroalimentario.

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