Reportaje:LA INVESTIGACIÓN DEL INCENDIO DEL EDIFICIO WINDSOR

Las tripas de un coloso moribundo

El incendio del Windsor deja en el interior de las plantas un peligroso amasijo de escombros

El bloque de cristal, aluminio y hormigón de la torre Windsor -35 plantas, cinco de ellas bajo tierra, en el corazón financiero de Madrid- ardió como una tea en menos de diez horas entre el 12 y el 13 de febrero pasados. Las llamas, que se iniciaron en un despacho de apenas 10 metros cuadrados de la planta 21, redujeron el rascacielos casi a cenizas, como acreditan las fotografías tomadas por algunos de los miembros de los equipos técnicos que en los últimos días han subido a las plantas. La estructura de aluminio se derritió por efecto del fuego y se precipitó hacia las plantas inferiores com...

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El bloque de cristal, aluminio y hormigón de la torre Windsor -35 plantas, cinco de ellas bajo tierra, en el corazón financiero de Madrid- ardió como una tea en menos de diez horas entre el 12 y el 13 de febrero pasados. Las llamas, que se iniciaron en un despacho de apenas 10 metros cuadrados de la planta 21, redujeron el rascacielos casi a cenizas, como acreditan las fotografías tomadas por algunos de los miembros de los equipos técnicos que en los últimos días han subido a las plantas. La estructura de aluminio se derritió por efecto del fuego y se precipitó hacia las plantas inferiores como una vela negra y gastada.

El Windsor, donde trabajaban 2.000 personas de siete empresas distintas (sólo Deloitte tenía 20 de las 28 plantas ocupadas por oficinas), se construyó a mediados de los años setenta con un proyecto de los arquitectos Genaro Alas y Pedro Casariego, y estaba siendo sometido a una reforma para adecuar sus instalaciones a la normativa municipal contra incendios. Las obras, que estaban al 80% cuando ocurrió el siniestro, no llegaron a tiempo para evitar el mayor incendio urbano que ha sufrido Madrid en superficie quemada.

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La torre consta de dos cuerpos superpuestos, separados por dos plantas técnicas. El primero de ellos arranca desde la planta tercera hasta la planta 16, y el segundo, desde la 18 hasta la cubierta. La estructura de las fachadas está constituida por pilares metálicos complementada por dos líneas de soportes de hormigón apantallado. Una parte de esos pilares metálicos de las fachadas se encontraban protegidos contra el fuego y otros no, como consecuencia de las obras de reforma que se hacían en el edificio. Por ello, según el informe elaborado por los especialistas de la Gerencia Municipal de Urbanismo, el comportamiento durante el fuego fue desigual en las distintas partes de la fachada.

El incendio provocó pronto la rotura de los ventanales exteriores y dañó gravemente los pilares metálicos de las fachadas en sus cuatro caras, causando su deformación y desplome hacia el exterior, arrastrando en su caída los forjados perimetrales a partir de la planta técnica superior, según el informe municipal.

En la zona norte del rascacielos se desplomaron algunos soportes de hormigón armado. El fuego causó en el interior de las plantas fuertes deformaciones con riesgos de derrumbes parciales, como se aprecia en las fotografías que ilustran esta página.

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El efecto devastador de las llamas convirtió el rascacielos en una amenaza para cualquiera que se aventurase a entrar en él. Los técnicos que lo han hecho en los últimos días sólo han podido recorrer la torre por el núcleo central de comunicaciones, ya que ha resultado menos afectado que las fachadas al recibir menor carga de fuego. Las imágenes revelan el pésimo estado en que se encuentran todas las crujías exteriores y las fuertes deformaciones de los pilares metálicos de las fachadas con "torsiones muy acusadas debido al plastificado del material, como consecuencia de la acción directa del fuego", según el informe municipal.

Abombamientos, y derrumbamientos parciales convierten las plantas en peligrosos contenedores de escombros. En el exterior, un amasijo de vigas se retuerce sobre los bordes de la torre. Hoy, el Ayuntamiento contará cómo va a desmontar, a partir de mañana, el gigante moribundo.

Las ya casi inexistentes fachadas del Windsor, en alguno de los pisos más altos del rascacielos.
Imágenes tomadas desde el interior del edificio Windsor, con toneladas de escombros, hierros retorcidos y mobiliario quemado.
Imágenes tomadas desde el interior del edificio Windsor, con toneladas de escombros, hierros retorcidos y mobiliario quemado.
Imágenes tomadas desde el interior del edificio Windsor, con toneladas de escombros, hierros retorcidos y mobiliario quemado.

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