Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS

Arte pop y cocina de fusión en el Raval barcelonés

Candela es el penúltimo local del barrio que no se parece a nada de lo que te contaron que te encontrarías, pero que, a pesar de su dislocada idiosincrasia, posee una coherencia magnífica. Es vegetariano y mestizo, pero también es arte pop y cocina de fusión. Joven y asequible, pero también tranquilo y algo sofisticado. Decorado en colores cálidos, con inquietudes cerca de la tendencia y lo moderno, pero sin exageraciones. Un pasillo estrecho, una barra bien localizada y un pequeño comedor al fondo.

Roger Buch, su nuevo chef, y el joven personal que se encuentra tras la barra te ...

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Candela es el penúltimo local del barrio que no se parece a nada de lo que te contaron que te encontrarías, pero que, a pesar de su dislocada idiosincrasia, posee una coherencia magnífica. Es vegetariano y mestizo, pero también es arte pop y cocina de fusión. Joven y asequible, pero también tranquilo y algo sofisticado. Decorado en colores cálidos, con inquietudes cerca de la tendencia y lo moderno, pero sin exageraciones. Un pasillo estrecho, una barra bien localizada y un pequeño comedor al fondo.

Roger Buch, su nuevo chef, y el joven personal que se encuentra tras la barra te reciben con amabilidad. Y en las paredes hay arte. En la actualidad, y hasta el 3 de marzo, Píxel Oddity, un estudio barcelonés de diseño dirigido por Markus Gmür y María Cruz, presenta en Candela Popchild Artwork. Arte pixelado para celebrar el 50º aniversario de este diminuto fenómeno informático.

CANDELA

Hospital, 48. Barcelona.

Teléfono 933 01 08 13. Abre de 13.00

a 16.00 y de 21.00 a 24.00 horas.

Pero tendremos que comer. Y por menos de 15, ¿no? Claro. A mediodía podremos degustar un escueto pero bien definido menú de vocación vegetariana que, con café y bebida, cuesta 7,90 euros. Tres primeros y tres segundos que navegan entre lo mestizo, lo creativo y la nueva y elaborada comida vegetariana nacida de la creciente demanda de platos en tonos verdes. Por la noche, la cocina saca el mayor partido a la cercanía del mercado de la Boquería y se esmera en ofrecer una carta en la que la audacia es una virtud y una temeridad. Tulipa de parmesano con ensalada del bosque y vinagreta de nuez, carpaccio de buey con pistachos y orégano o langostinos salteados con ensalada de escarola y salsa de albahaca y limón.

Cualquier plato siempre se encontrará en los límites de la decena de euros, bajando hasta cinco o seis en las ensaladas de vocación menos ambiciosa. La bodega es sencilla pero correcta, porque el beber bonito se debe reservar para el cóctel que, tras los postres (destaca el estofado de frutas del bosque o la espuma de coco y menta con mango y plátano), es obligado degustar mientras la conversación se mueve hacia el barrio del Raval, el píxel o el pop.

Comedor del restaurante Candela, en el barrio del Raval de Barcelona.JORDI BARRERAS

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