Análisis:Impuestos | CONSULTORIO

IRPF a la vista

Parece que la incertidumbre empieza a despejarse, o al menos eso se insinúa, en relación con la tan reiteradamente anunciada reforma del IRPF, con la consiguiente expectación dada la transcendencia social y, por tanto, política de un tributo de estas características.

Hasta el momento la cuestión parecía oscilar entre dos diferentes posiciones sobre los distintos aspectos a modificar del impuesto, extendiéndose a temas más o menos polémicos, como el tratamiento de las aportaciones a los planes de pensiones, la fijación de los diferentes tramos de la tarifa a los que son de aplicación tip...

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Parece que la incertidumbre empieza a despejarse, o al menos eso se insinúa, en relación con la tan reiteradamente anunciada reforma del IRPF, con la consiguiente expectación dada la transcendencia social y, por tanto, política de un tributo de estas características.

Hasta el momento la cuestión parecía oscilar entre dos diferentes posiciones sobre los distintos aspectos a modificar del impuesto, extendiéndose a temas más o menos polémicos, como el tratamiento de las aportaciones a los planes de pensiones, la fijación de los diferentes tramos de la tarifa a los que son de aplicación tipos impositivos diferentes, la tributación por la obtención de ganancias patrimoniales (plusvalías), las deducciones por adquisición o rehabilitación por vivienda así como las desgravaciones fiscales por hijos y familiares a cargo.

Hacienda parece haberse decantado por mantener varios tramos de renta, aunque su número será menor que el actual

Dichas posiciones parecían responder a diferentes concepciones sobre el impuesto, una quizás más teórica y otra quizás más pragmática, que probablemente se decanten por no perder de vista la realidad actual y que no parece prudente introducir cambios excesivamente bruscos cuya asimilación condicione decisiones o provoque reacciones económicas no deseables. En este sentido una de las cuestiones más controvertidas, como es la de determinar un tipo impositivo único en lugar de mantener la aplicación de tipos diferentes por tramos de renta, parece haberse decantado en favor de esta última opción, sin que se haya precisado el número de tramos de renta, aunque evidentemente serán menos que los actuales.

En cuanto a las aportaciones a planes de pensiones probablemente se adopte un criterio de prudencia con pocos cambios. Por lo que a las plusvalías se refiere parece mantenerse también la prudencia a la vista de la libertad de los movimientos de capitales, y al pragmatismo que impone la realidad internacional. En líneas generales la prudencia y el pragmatismo que mantiene el Ministerio de Hacienda, deben trasmitir tranquilidad y se debe procurar que la preocupación actual de amplios sectores de la sociedad española disminuya lo antes posible.

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