CiU arrebata a ERC el consejo comarcal del Priorat gracias a un voto del PSC
La alcaldesa de Bellmunt del Priorat, Maria Secall (CiU), es desde ayer la nueva presidenta del consejo comarcal, tras una crisis en la que la izquierda ha salido perdedora. Uno de los tres votos socialistas fue a sumarse ayer a los nueve de CiU, lo que apartó a ERC, que cuenta con siete consejeros, de la presidencia, que desempeñaba Agustí Massip.
Massip abandonó el consejo después de dejar también el Ayuntamiento de Falset y sin ser concejal no podía seguir al frente del organismo comarcal.
La ejecutiva del PSC en Tarragona cargó ayer contra Francesc Rubio, militante socialista...
La alcaldesa de Bellmunt del Priorat, Maria Secall (CiU), es desde ayer la nueva presidenta del consejo comarcal, tras una crisis en la que la izquierda ha salido perdedora. Uno de los tres votos socialistas fue a sumarse ayer a los nueve de CiU, lo que apartó a ERC, que cuenta con siete consejeros, de la presidencia, que desempeñaba Agustí Massip.
Massip abandonó el consejo después de dejar también el Ayuntamiento de Falset y sin ser concejal no podía seguir al frente del organismo comarcal.
La ejecutiva del PSC en Tarragona cargó ayer contra Francesc Rubio, militante socialista que dio su voto a CiU, y anunció su "inmediata" suspensión de militancia. Al margen de esto, el PSC piensa llevar a Rubio ante la comisión de garantías del partido y le instó a abandonar el acta de consejero comarcal porque, según se afirma en un comunicado de los socialistas, "las decisiones del PSC se toman colectivamente". Sin embargo, la presidencia del Consejo Comarcal del Priorat ya está en manos de CiU, que se mostró ayer abierta a negociar tanto con el PSC como con ERC para formar un gobierno sólido.
El cambio de mayorías ha disgustado profundamente a los republicanos. El presidente de la organización de ERC en el Camp de Tarragona, Lluís Aragonès, definió el comportamiento de Rubio como una "traición" a un pacto que ayer mismo por la mañana habían suscrito ERC y el PSC para mantener la presidencia en manos republicanas. Aragonès alertó sobre el deterioro sufrido por las relaciones entre su partido y el socialista desde las elecciones municipales.