Columna

Esquizofrenia

Un concejal de Urbanismo es un concejal de Urbanismo. Incluso en Cuenca. Donde no hay playa. No es lo mismo ser el edil responsable de dar las licencias de obras que ser, por ejemplo, el concejal de Hacienda, que sólo se dedica a hacer encaje de bolillos cuando las cobra. Cualquier político, de mayor, quiere ser el capataz del ladrillo. En España hay que implantar la doble vuelta en las elecciones municipales. Una para elegir al alcalde. La otra para nombrar al edil de Urbanismo. Al primero se le da la vara de mando. Al segundo el cartabón para manejar el Plan General. Y es evidente que este ú...

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Un concejal de Urbanismo es un concejal de Urbanismo. Incluso en Cuenca. Donde no hay playa. No es lo mismo ser el edil responsable de dar las licencias de obras que ser, por ejemplo, el concejal de Hacienda, que sólo se dedica a hacer encaje de bolillos cuando las cobra. Cualquier político, de mayor, quiere ser el capataz del ladrillo. En España hay que implantar la doble vuelta en las elecciones municipales. Una para elegir al alcalde. La otra para nombrar al edil de Urbanismo. Al primero se le da la vara de mando. Al segundo el cartabón para manejar el Plan General. Y es evidente que este último tiene más peligro que el primero. Hay un ejemplo concreto de que la mesa con los mapas es tan codiciada como el primer sillón municipal. Se trata de Pedro Pacheco. Tras 24 años siendo alcalde de Jerez, las dos veces que ha negociado el nuevo equipo de gobierno de esta ciudad se ha quedado con la delegación de Urbanismo. Pilar Sánchez, la nueva alcaldesa, no está preocupada por ello. Dice que el acuerdo firmado entre el PSOE y el PSA es tan extraordinario que se lo ha pedido la facultad de Ciencias Políticas de Sevilla para investigarlo. A lo peor lo que buscan es certificar su autenticidad. No vaya a ser que acabe como el que Pacheco firmó con el PP, que incluía otro oculto.

En Andalucía se han cambiado más de una docena de alcaldes desde las pasadas elecciones. Y casi todos los partidos que han apoyado la investidura de un nuevo edil lo han hecho a cambio de quedarse con el control del Plan General. Eso también debería ser estudiado por las universidades. Los preliminares los realizó el Instituto Criminológico, con su informe sobre las conexiones del cemento y el blanqueo de dinero. Otro estudio universitario deseable sería sobre la esquizofrenia política en Marbella. El Ayuntamiento que preside Marisol Yagüe se ha sumado a la petición de la Fiscalía y ha pedido cuatro años de prisión para Carlos Fernández. Se trata del tercer teniente de alcalde del consistorio y está acusado de apropiarse de dinero de las arcas públicas. Marbella es una corporación de ediles imputados por la justicia. Ahora, allí hay concejales de gobierno acusados por el propio Ayuntamiento. Hoy contra ti y mañana contra mí. Vamos mejorando.

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