Columna

Especial

Como más vale tarde que nunca, es cosa de celebrar el anuncio de la creación del primer Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) en la Costal del Sol. Es cierto, sin embargo, que al decir el director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, que la creación será "inmediata", no sabemos si está queriendo decir urgente, rápida, ¡ya¡ o por el contrario es una manera de no concretar exactamente cuándo; es igualmente cierto que cuando nos dicen que ese grupo estará formado por 22 agentes, nos tendrían que explicar si son muchos, pocos o suficientes, porque tampoco nos que...

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Como más vale tarde que nunca, es cosa de celebrar el anuncio de la creación del primer Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO) en la Costal del Sol. Es cierto, sin embargo, que al decir el director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, que la creación será "inmediata", no sabemos si está queriendo decir urgente, rápida, ¡ya¡ o por el contrario es una manera de no concretar exactamente cuándo; es igualmente cierto que cuando nos dicen que ese grupo estará formado por 22 agentes, nos tendrían que explicar si son muchos, pocos o suficientes, porque tampoco nos queda claro cuál es la dimensión concreta del plan. Lo de la Costa del Sol, Marbella principalmente, viene siendo un problema desde hace tanto tiempo que a estas alturas todo lo que se haga para afrontarlo, atajarlo es otra cosa, tiene que ser urgente.

Se han consentido muchas cosas y se han cometido muchos errores por parte de todo el mundo, por supuesto también -porque las cosas cuando ocurren son consentidas por muchos- por parte de todos esos ciudadanos encantados de creer que vivían en el más alegre y feliz de los mundos, sin ver o sin querer ver que cuando se juega con fuego puede producirse un incendio. Marbella, la Costa del Sol, pero fundamentalmente Marbella, es lugar de arribada -ya se está viendo- de gentes peligrosas que se han instalado en este extraño paraíso de ninguna parte que resulta ser. Hay andaluces en Marbella, gente de toda la vida, descendientes de los habitantes de antes de todos los desastres, urbanístico el primero, cuando el desarrollismo hueco y sin previsión de futuro de ninguna clase empezó a producir los primeros e irreversibles estragos.

Hay andaluces en Marbella, digo, y, sin embargo, Marbella ni les pertenece ni en realidad, vista y sentida desde fuera, provoca sensación de territorio andaluz. Marbella es un raro territorio en el que el crimen, la delincuencia, anda por las esquinas de su presente, atronado por todos los desmanes del pasado y con un futuro tan incierto como la calidad de sus regidores. Está bien crear Grupos de Respuesta Especial a la peligrosa y enquistada situación, es necesario, pero al tiempo, o los políticos de Marbella, si es que los hay, espabilan o seguirán siendo responsables de la desintegración de ese becerro de oro, seguramente mucho más falso de lo parece.

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