GUIÑOS

En otro lugar

Lo vasco no existe, ha sido engullido por tendencias artísticas de ámbito global, donde el carácter localista parece no tener relevancia suficiente. Esta es una conclusión a la que se puede llegar después de ver la exposición de once artistas becados por la Diputación Foral de Vizcaya en la Sala Recalde de Bilbao. Comisariada por Leire Vergara, se presenta bajo el título "Mientras tanto, en otro lugar", donde se barajan conceptos como el tiempo y el espacio para buscar un hilo conductor común que acerque a las distintas maneras de interpretar el "aquí" y "ahora" de cada uno de los artistas par...

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Lo vasco no existe, ha sido engullido por tendencias artísticas de ámbito global, donde el carácter localista parece no tener relevancia suficiente. Esta es una conclusión a la que se puede llegar después de ver la exposición de once artistas becados por la Diputación Foral de Vizcaya en la Sala Recalde de Bilbao. Comisariada por Leire Vergara, se presenta bajo el título "Mientras tanto, en otro lugar", donde se barajan conceptos como el tiempo y el espacio para buscar un hilo conductor común que acerque a las distintas maneras de interpretar el "aquí" y "ahora" de cada uno de los artistas participantes.

Un esfuerzo que no encuentra la mejor respuesta cuando se trata, como es el caso, de interrelacionar dibujos, fotografías, instalaciones, videoproyecciones y performance. No obstante la idea de ir construyendo mientras dura la exposición un archivo paralelo en base a las mesas redondas sobre el cómo, cuándo y porqué de las prácticas artísticas desarrolladas es un camino muy acertado para aclarar aspectos que una primera instancia resulten confusos.

En cualquier caso, de entrada y a la espera de que el anexo paralelo se construya definitivamente para ser presentado en el The Metropolitan Complex a desarrollar en Dublín, la conjunción de disciplinas con carácter tan variado en una misma sala expositiva nos ofrece un panorama bastante preciso de la actividad de los becarios.

De entrada queda claro que estos jóvenes creadores están en otro lugar bastante apartado de los conceptos artísticos que han tratado de encontrar sus raíces en las esencias de lo que se entiende como "alma vasca", un abanico de esencias culturales abiertas a influencias pero entroncadas en pluralidad local. Ellos están especialmente marcados por las corrientes de origen anglosajón más en boga. Un comportamiento que no debe extrañar, cuando en su mayor parte, después de terminar sus estudios universitarios en Bellas Artes del País Vasco, han ampliado conocimientos en EEUU o en el Reino Unido. Son ciudadanos de un mundo globalizado y sus repuestas van en esa dirección.

En esa medida, para plasmar su pensamiento, emplean los recursos tecnológicos más atrevidos fabricados y concebidos lejos de su lugar de origen. Lo vasco surge simplemente en los títulos de algunas obras, no obstante la temática es universal. Quizás pueda entenderse como una excepción la vídeo instalación sobre una visión de la zona minera vizcaína de Itxaso Díaz (Gallarta, 1974), porque tampoco lo es la foto del mismísimo árbol de Gernika presentado por Mikel Eskauriaza (Getxo, 1969) con el pie Dead Treee o su serie sobre paisajes en transformación.

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