La instalación del SIVE en Granada blinda la costa desde Sanlúcar a Castell de Ferro

Tres radares, tres cámaras de vídeo y otras tantas de rayos infrarrojos vigilan desde el pasado 28 de diciembre cualquier embarcación que se acerque a las costas de Granada. El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) controla ya el litoral de tres de las cinco provincias marítimas andaluzas a falta de su extensión a Huelva y Almería. El servicio marítimo de la Guardia Civil estrenó el dispositivo la noche de Reyes detectando una planeadora a 36 millas de la costa que fue interceptada en las cercanías de La Rábita. Sus siete ocupantes intentaban introducir 4,4 toneladas de hachís.
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Tres radares, tres cámaras de vídeo y otras tantas de rayos infrarrojos vigilan desde el pasado 28 de diciembre cualquier embarcación que se acerque a las costas de Granada. El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) controla ya el litoral de tres de las cinco provincias marítimas andaluzas a falta de su extensión a Huelva y Almería. El servicio marítimo de la Guardia Civil estrenó el dispositivo la noche de Reyes detectando una planeadora a 36 millas de la costa que fue interceptada en las cercanías de La Rábita. Sus siete ocupantes intentaban introducir 4,4 toneladas de hachís.

Granada es la provincia andaluza en la que más inmigrantes en pateras se interceptaron durante 2004. Entre el uno de enero y el 31 de diciembre del pasado año la Guardia Civil detuvo a 2.949 extranjeros (casi todos marroquíes), una contingente que duplica ampliamente a los arrestados en 2001. Este incremento espectacular se debió al desplazamiento de los desembarcos clandestinos hacia el este ante las dificultades de penetrar en la Península por el litoral de Cádiz y Málaga, provincias que ya contaban con el SIVE, según ese cuerpo. Los agentes prevén que la extensión del sistema a Granada provoque un fenómeno similar en la provincia de Almería, donde el sistema se instalará a lo largo de este año, según el ministerio del Interior.

El nuevo dispositivo está formado por tres estaciones fijas de vigilancia colocadas en los municipios de Almuñécar, Motril y Castell de Ferro, dotadas cada una con una cámara de vídeo, otra de infrarrojos que permite la visión nocturna, un radar de 40 millas de alcance (unos 70 kilómetros) y una antena de transmisión. Las tres se controlan desde el puesto de mando de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada donde, gracias a un programa de ordenador, se conocen las coordenadas exactas y la trayectoria de las embarcaciones para trasmitir esos datos a las lanchas patrulleras y al personal de tierra. Varios empleados de una empresa informática adiestraban ayer a los agentes en el uso de los aparatos del puesto, similar a los que ya existían en Cádiz, Algeciras y Málaga.

El radio de visión del equipamiento supera los casi 100 kilómetros del litoral granadino adentrándose en el de Almería, donde puede localizar embarcaciones hasta el municipio de Roquetas de Mar. "Antes de que se instalara el SIVE, las estaciones de Málaga nos alertaron en varias ocasiones de la llegada de pateras a la costa de Granada", aseguró ayer el coronel José Antonio Fernández Romera, máximo responsable de la Guardia Civil en la provincia, que recordó que el sistema instalado en Málaga también cubría el municipio de Almuñécar, el más occidental de la costa granadina.

El sistema de vigilancia supondrá además un aumento de medios materiales para la Guardia Civil de Granada. Interior la ha dotado con 11 nuevos coches todo terreno, cámaras térmicas, cañones de luz, dos nuevas lanchas y un aumento de 21 a 38 efectivos en el servicio marítimo del cuerpo. En total, su extensión a la provincia de Granada ha costado 6,2 millones de euros, según el subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz.

Contra el narcotráfico

La lucha contra la inmigración ilegal y el contrabando de drogas son las principales funciones del nuevo equipo que se estrenó el pasado día 6 con la detención de siete personas (una de ellas menor de edad) que trataban de introducir en España 147 fardos que contenían 4,4 toneladas de hachís en una lancha semirrígida equipada con tres motores fueraborda de 250 caballos cada uno. Gracias al SIVE, los agentes detectaron la embarcación a 66 kilómetros de la costa (36 millas), aunque debido a su velocidad, la patrullera del servicio marítimo no la pudo interceptar hasta que se encontraba a 13 kilómetros de las playas de La Rábita, donde los agentes abarloaron a su costado para evitar que se deshicieran de la carga.