El deforme rostro de Ucrania
El Este y el Oeste de Ucrania, tan diversos entre sí, se tejen en la personalidad de Víctor Yúshenko, favorito en las elecciones presidenciales que se celebran hoy en su país. En septiembre, una intoxicación, diagnosticada después como un envenenamiento, le deformó el rostro. El líder de la revolución naranja asegura que ése es hoy el rostro de Ucrania.
Yúshenko, de 50 años, nació en Joruzhivka, un pueblo de la provincia de Sumi, a menos de 40 kilómetros de la frontera con Rusia. Sus estudios, en el Instituto Económico Financiero de Ternópol, y su trayectoria profesional, que com...
El Este y el Oeste de Ucrania, tan diversos entre sí, se tejen en la personalidad de Víctor Yúshenko, favorito en las elecciones presidenciales que se celebran hoy en su país. En septiembre, una intoxicación, diagnosticada después como un envenenamiento, le deformó el rostro. El líder de la revolución naranja asegura que ése es hoy el rostro de Ucrania.
Yúshenko, de 50 años, nació en Joruzhivka, un pueblo de la provincia de Sumi, a menos de 40 kilómetros de la frontera con Rusia. Sus estudios, en el Instituto Económico Financiero de Ternópol, y su trayectoria profesional, que comenzó en los años setenta como contable adjunto en una explotación agrícola de la provincia de Ivano-Frankó, le familiarizaron con las regiones occidentales de su país, que antaño pertenecieron al imperio austrohúngaro.
Para sus partidarios, tiene un carácter equilibrado y tendente al compromiso; para sus detractores, una personalidad débil, que se deja influir por los radicales
La carrera de Yúshenko transcurrió en el sector bancario estatal (primero de la URSS y luego de Ucrania), en cuyo escalafón fue ascendiendo hasta que el financiero Vadim Getman (más tarde asesinado) se fijó en su capacidad de trabajo y organización y le ayudó a trasladarse a Kiev. Desde enero de 1993 hasta diciembre de 1999 dirigió el Banco Central de Ucrania, y tuvo un papel clave en el lanzamiento y estabilización de la grivna, la divisa nacional, así como en frenar la hiperinflación que gravó la economía tras la independencia en 1991.
En diciembre de 1999, el presidente Leonid Kuchma le nombró primer ministro. En este puesto fue un gestor eficiente que puso al día el pago de salarios y pensiones atrasados. Tras su cese, en abril de 2001, Yúshenko se convirtió en el líder de la oposición, y en las elecciones parlamentarias de marzo de 2002 encabezó Nuestra Ucrania, un bloque de fuerzas políticas que se clasificó en primer lugar (24,7%). Sin embargo, Nuestra Ucrania carece de una mayoría en la Rada Estatal (Parlamento), debido al sistema de representación parlamentaria vigente.
Yúshenko está casado en segundas nupcias con Katerina Chumachenko, una norteamericana de origen ucranio que trabajó para el Departamento de Estado de EE UU. Los detractores del político utilizan esta circunstancia para acusarle de colaborar con la CIA y de dejarse influir por intereses extranjeros y antirrusos. Yúshenko, cuyo padre luchó en el Ejército soviético durante la II Guerra Mundial y fue prisionero de guerra de los nazis, ha desmentido en público sus simpatías con el ultranacionalismo ucranio, nostálgico del fascismo y profundamente antirruso.
En la primera ronda electoral, el 31 de octubre, Yúshenko se clasificó ligeramente por encima de su rival, el jefe del Gobierno, Víctor Yanukóvich. En segunda ronda, el 21 de noviembre, lo declararon perdedor, pero el Tribunal Supremo invalidó la votación a resultas del movimiento popular conocido como la revolución naranja. Para sus partidarios, Yúshenko tiene un carácter equilibrado y tendente al compromiso; para sus detractores, una personalidad débil, que se deja influir por los radicales de la coalición que aglutina.