Columna

Extrañísima lengua

Ya ves, con tantas escandaleras y broncas como se han montado, en estos últimos tiempos -y lo que te rondaré AVL-, con eso de presumir de lengua en Bruselas, aunque sea a la brava, acerca de qué cosa es el valenciano, que si catalán, catalán / valenciano o valenciano, a secas, y de golpe, sale un señor secretario judicial, sin ropones académicos y demás garambainas, pero echándole pecho a lo del imperio, y sentencia que han aparecido sendos escritos "que vienen redactados en una extrañísima y curiosa lengua, totalmente ajena al idioma oficial de estos pagos patrios (...)". Esa extrañísima y cu...

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Ya ves, con tantas escandaleras y broncas como se han montado, en estos últimos tiempos -y lo que te rondaré AVL-, con eso de presumir de lengua en Bruselas, aunque sea a la brava, acerca de qué cosa es el valenciano, que si catalán, catalán / valenciano o valenciano, a secas, y de golpe, sale un señor secretario judicial, sin ropones académicos y demás garambainas, pero echándole pecho a lo del imperio, y sentencia que han aparecido sendos escritos "que vienen redactados en una extrañísima y curiosa lengua, totalmente ajena al idioma oficial de estos pagos patrios (...)". Esa extrañísima y curiosa lengua no es otra que la que te he enunciado algunas líneas más arriba, en ciertas variopintas denominaciones más propias, a mi juicio, de parla y topografía; más lingüísticas, me pienso, en fin, que filológicas. El ardiente secretario judicial que lo es de un juzgado de lo social de Badajoz condena expresiones como "Direcció General de Relacions amb l'Administració de Justícia" y "Minuta d'Honoraris", y exhorta a que se devuelvan "al organismo correspondiente para que sean correctamente redactadas y sin faltas de ortografía, en el idioma oficial común de nuestra nación, esto es, el español (español, aquí, escrito con enfáticas letras unciales). De lejos, se me figura el secretario judicial un intrépido conquistador, un indomable testigo de vista y un bizarro adalid de tantos dominios, quien además invoca que "en español se han escrito las mejores obras de la Literatura Universal, con las que se civilizó medio mundo", sin necesidad a lo que se ve, pero se orilla, de desenfundar el acero ni blandir la alabarda. Pero el secretario judicial aún apabulla, con su temeridad: casi todos sus vecinos son bilingües: "Conocen el idioma portugués, otra clásica lengua romance, en la que también se han escrito grandes obras de la Literatura Universal". Ya ves, con estos materiales, Ramon Llull y Joanot Martorell van a dar en proscriptos. Cualquier día de estos, igual nos los empapela, en otro exhorto, por perpetrar atentados contra la ortografía y los pagos patrios. Pero qué casta.

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