Reportaje:FÚTBOL | La amenaza de bomba en Chamartín

Graves defectos de San Mamés

El campo del Athletic, el más antiguo de Primera, tiene serios problemas

Construido en 1913 y reformado en 1982, parece haber agotado su longevidad. Actualmente, San Mamés aguanta las normativas legales de evacuación con vericuetos. "En competición nacional no se aguanta y en la Champions hubo que pelear lo indecible para que se aprobara", apuntan dirigentes del club. La situación producida en el Bernabéu dificilmente se hubiera resuelto de igual forma en san Mamés (aún con la misma cordura manifestada por el público), porque no cumple con las normativas de evacuación, ni de salidas de emergencia, ni de puertas antifuego, etc. "San Mamés está agotado y no ad...

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Construido en 1913 y reformado en 1982, parece haber agotado su longevidad. Actualmente, San Mamés aguanta las normativas legales de evacuación con vericuetos. "En competición nacional no se aguanta y en la Champions hubo que pelear lo indecible para que se aprobara", apuntan dirigentes del club. La situación producida en el Bernabéu dificilmente se hubiera resuelto de igual forma en san Mamés (aún con la misma cordura manifestada por el público), porque no cumple con las normativas de evacuación, ni de salidas de emergencia, ni de puertas antifuego, etc. "San Mamés está agotado y no admite más reformas. El cambio es tan estructural que sería un nuevo San Mamés. Lo del Bernabéu resultaría imposible", recuerda otro ex dirigente del club.

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- Mestalla. Aunque remodelado externamente hace cuatro años, Mestalla es un campo viejo (1923) por dentro y, por tanto, susceptible de tener problemas de evacuación. Sin embargo, "en cinco o seis minutos se desaloja el graderío en un partido normal, es bastante sencillito", asegura el responsable de la seguridad del club, Julián Suescun. "El plan de emergencia, actualizado hace cuatro años, es muy similar al de otros campos, las diferencias las marcan las características de los estadios", añade Suescun. Para cada encuentro, el club aporta para la seguridad de su estadio entre 75 y 120 guardias, unos 200 empleados, que se unen a unos 50 policías nacionales.

- Ciutat de València. Inaugurado en 1969 y con capacidad para 30.000 espectadores, rara vez se llena. "El acceso y la salida del campo es muy fácil", asegura el directivo Rafael Juan; "hay muchos vomitorios y están cerca de las puertas de salida". Una unidad antiexplosivos de la policía nacional revisa "cada rincón" del campo antes de que los aficionados accedan al interior, según el club, que aporta 46 guadias privados al dispositivo previsto por la policía, que depende de la trascendencia del encuentro.

- Montjuïc. La Unidad de Control Operativo (UCO) cuenta con 64 cámaras en el estadio olímpico barcelonés. Durante los últimos años no ha habido ninguna amenaza de bomba, algo que sí ha sucedido más de una vez en el Palau Sant Jordi. Hay tres niveles de alarma. Para que la gente salga al césped, la alarma debe ser grave. "Al tratarse de un estadio con pista de atletismo, Montjuïc cuenta con unos 16.000 metros cuadrados que podrían dar cabida a más de 22.000 personas", explica el director del Estadio Olímpico, Josep Sánchez.

- Camp Nou. Inaugurado en 1957, el estadio azulgrana es un recinto antiguo que se caracteriza por estar poco compartimentado. Eso implica una desventaja porque permite una absoluta movilidad en su interior (los hinchas violentos se han aprovechado más de una vez de ella) pero, a la vez, facilitaría una eventual evacuación. El estadio dispone de 105 bocas y se calcula que por cada una de ellas podrían salir alrededor de mil personas. Eso al margen de los cuatro grandes vomitorios del césped desde donde podrían escapar los aficionados de la primera gradería. El Camp Nou puede acoger a 98.000 espectadores y se estima que serían necesarios 15 minutos para vaciarlo. El estadio ha recibido alguna amenaza de bomba los últimos años pero la policía, que tiene en última instancia la decisión de evacuar, las desechó por considerarlas falsas. El club organiza regularmente, de acuerdo con la Delegación del Gobierno, sesiones de simulacro para organizar cómo deben actuar el millar de personas que están involucradas los días de partido en caso de una amenaza, un incendio o el hundimiento de una parte del estadio. Este jueves hay una sesión para prevenir una posible avalancha.

- Vicente Calderón. En el estadio rojiblanco, inaugurado en 1966, además de los 100 guardias de seguridad hay 150 auxiliares cuya función, en caso de avacuación urgente, es la de ayudar a los niños, a los ancianos y a la gente que tropiece. Todos los empleados tienen asignada una zona y ensayado lo que deben hacer en caso de emergencia. Las puertas permanecen abiertas durante todo el partido.

- Riazor. "Si la gente no se pone nerviosa, el rápido desalojo del Bernabéu se produciría de igual modo en cualquier otro estadio, porque los planes de evacuación están muy estudiados", asegura José Freire, el inspector de policía encargado de la seguridad de Riazor. Las características del estadio coruñés, con capacidad para 35.000 personas, permitirían que, en caso de emergencia, además de todas las puertas exteriores, también se pudiese utilizar para el desalojo el terreno de juego, una de cuyas salidas conduce directamente a la calle. Freire afirma que los planes de evacuación se actualizan y se ensayan permanentemente. Antes de cada partido, la policía rastrea las gradas y el subsuelo del estadio en busca de "un artefacto explosivo o cualquier objeto sospechoso".

Esta información ha sido elaborada por Eduardo Rodrigálvarez, Cayetano Ros, Juan Pérez Ortiz, Àngels Piñol, Daniel Borasteros y Xosé Hermida.

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