El prófugo Charles Jenkins recupera la libertad

El ex sargento estadounidense Charles Robert Jenkins ha recuperado la libertad y podrá finalmente instalararse con su familia en la isla japonesa de Sado. Ayer llegó a este lugar con su esposa Hitomi Soga y y sus dos hijas Mika, de 21 años, y Brinda, de 18. Se cierre así una singular odisea que se inició en plena guerra fría cuando en 1965 Jenkins decidió abandonar el Ejército de EE UU y pasarse a Corea del Norte para eludir la guerra de Vietnam. Tras varios años enseñando inglés a futuros espías en 1980 conoce en Pyongyang a la japonesa Hitomi Soga que había sido s...

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El ex sargento estadounidense Charles Robert Jenkins ha recuperado la libertad y podrá finalmente instalararse con su familia en la isla japonesa de Sado. Ayer llegó a este lugar con su esposa Hitomi Soga y y sus dos hijas Mika, de 21 años, y Brinda, de 18. Se cierre así una singular odisea que se inició en plena guerra fría cuando en 1965 Jenkins decidió abandonar el Ejército de EE UU y pasarse a Corea del Norte para eludir la guerra de Vietnam. Tras varios años enseñando inglés a futuros espías en 1980 conoce en Pyongyang a la japonesa Hitomi Soga que había sido secuestrada en Japón por agentes norcoreanos que la trasladaron al país comunista para enseñar lengua y cultura japonesa a futuros espías. Se casaron un mes después de conocerse. El régimen norcoreano autorizó en octubre de 2002 a Hitomi a regresar a Japón pero Jenkins no quiso acompañarla por temor a que las autoridades japonesas le entregaran al Ejército estadounidense que siempre le ha considerado un desertor.

Hace unos meses cambió de idea, en parte por temor a que sus hijas fuesen reclutadas forzosamente por el espionaje norcoreano y tras una serie de negociaciones diplomáticas llevadas por las autoridades niponas se entregó a las fuerzas estadounidenses asentadas en Japón. Vestido de uniforme y con lágrimas en los ojos, Jenkins, de 64 años, compareció ante un tribunal militar bajo una amenaza de condena a cadena perpetua. Sólo ha permanecido en prisión 30 días aunque ha sido separado del Ejército de EE UU.

La familia al completo llegó ayer a Sado, la tierra natal de Hitomi, donde fueron recibidos con entusiamo. Japón llevaba varios meses esperando este desenlace para una historia que ha tenido en vilo a miles de personas.

Hitomi Soga, Charles Jenkins y sus hijas, Mika y Brinda, a su llegada al aeropuerto de la isla de Sado.ASSOCIATED PRESS

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