El derecho de suelo de todos los dioses

Desde enero de 2003, el Ayuntamiento de Sevilla ha cedido el derecho de superficie sobre parcelas públicas a entidades religiosas de cuatro cultos distintos. Estas decisiones habrían pasado desapercibidas de no ser por el rechazo que ha despertado la última: la cesión de 6.000 metros cuadrados en Los Bermejales para la construcción de una mezquita a cambio de un canon anual de 31.524 euros que deberá pagar la Comunidad Islámica de España, impulsora del proyecto.

Nadie protestó por la entrega de 1.680 metros cuadrados para la construcción del centro de culto de la Iglesia Evangélica de F...

Desde enero de 2003, el Ayuntamiento de Sevilla ha cedido el derecho de superficie sobre parcelas públicas a entidades religiosas de cuatro cultos distintos. Estas decisiones habrían pasado desapercibidas de no ser por el rechazo que ha despertado la última: la cesión de 6.000 metros cuadrados en Los Bermejales para la construcción de una mezquita a cambio de un canon anual de 31.524 euros que deberá pagar la Comunidad Islámica de España, impulsora del proyecto.

Nadie protestó por la entrega de 1.680 metros cuadrados para la construcción del centro de culto de la Iglesia Evangélica de Filadelfia en el Polígono Sur, ni por el solar que recibió la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de España (2.212 metros cuadrados) en el barrio de Macarena. Tampoco hubo voces en contra de la cesión de una parcela de 860 metros cuadrados al Arzobispado de Sevilla para una escuela taller en la zona de Palmete, que fue el último acuerdo adoptado antes del expediente que atiende la demanda de los musulmanes, aprobado en junio. "La cesión se hace dentro de las magníficas relaciones del Ayuntamiento con todas las religiones, no podemos utilizar un baremo distinto con la comunidad islámica que con otras comunidades", expone el delegado municipal de Urbanismo, Emilio Carrillo.

La presidenta de la asociación de vecinos no aprecia razones racistas ni discriminatorias

El expediente que tramita la Gerencia de Urbanismo adjudica el "derecho de superficie" a la entidad musulmana durante 75 años, de forma que la administración local mantiene la titularidad del terreno, destinado a equipamiento sociocultural desde 1987. En Sevilla, donde residen entre 5.000 y 7.000 musulmanes, no hay mezquita. Al menos, no hay un templo que merezca tal calificación. Distinta denominación merecen los locales acondicionados por alguna de las seis organizaciones musulmanas de la ciudad para rezar, como el que posee en la plaza Ponce de León la Comunidad Islámica de España, la entidad que promueve el templo. "Pedimos suelo para una mezquita al lado del río, nos gustaba por su simbolismo, pero la propuesta que nos hicieron de Los Bermejales es muy favorable", indica Juan Antonio Jiménez Montes, el representante de la Comunidad Islámica de España en Sevilla.

Si sale adelante el proyecto, será la mezquita de la SE-30. El solar municipal está a la vera de la autovía que circunda la capital andaluza y linda con un terreno destinado a albergar instalaciones deportivas. En los alrededores están previstas viviendas sociales, pero en la actualidad es un espacio baldío. "No molesta a nadie", destaca Jiménez mientras muestra una maqueta aproximada del proyecto arquitectónico, que financiará íntegramente el emir de Sharjah, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos y que también ha costeado la mezquita de Granada.

El presupuesto de la obra de Sevilla, que incluye un centro cultural y una zona ajardinada, además de la propia mezquita, oscila entre cuatro y cinco millones de euros, según el representante de la Comunidad Islámica. "Los vecinos tienen que saber que será un espacio que también podrán utilizar para pasear", señala.

Juan Antonio Jiménez no se atrevió a decir eso a los vecinos de Los Bermejales durante la asamblea que celebraron el pasado domingo para pronunciarse sobre la iniciativa. "Me costó mucho quedarme callado con las cosas que allí se dijeron", confiesa ahora. Atribuye el rechazo vecinal a dos circunstancias: "Es el momento más dificultoso para plantear esto por los atentados" y "Estamos rompiendo un hielo de más de 500 años".

Para el presidente de la Federación Andalucía Acoge, Abderrahmane Essaadi: "Es un rechazo hacia una religión y un colectivo". Esaadi, que reclama "respeto" a la pluralidad religiosa y a la convivencia, subraya que no debe asociarse la religión con los atentados islamistas del 11-S o del 11-M. "No se puede generalizar, hay que fomentar la normalización de las mezquitas", señala.

Ambos utilizan un tono más comedido que el empleado por la consejera de Gobernación, Evangelina Naranjo, que censuró la respuesta de algunos vecinos y recordó precedentes que también suscitaron la reacción contraria del barrio como el centro de servicios sociales, a la postre paralizado: "Se manifiestan en contra de los que no piensan como ellos o no tienen su mismo color".

La presidenta de la asociación de vecinos Bermejales 2000, Concepción Rivas, no aprecia, sin embargo, razones racistas ni discriminatorias. "Yo no estoy ni a favor ni en contra, me declaro agnóstica, no creo en nada, personalmente no tengo miedo, tengo amigos musulmanes y un hijo estudiando árabe, pero si tenemos un Estado aconfesional que no sea suelo municipal el que se dé para la mezquita", sostiene. Rivas asegura que los vecinos no podrían protestar si el proyecto se promueve sobre un solar privado. "Nos hubiéramos opuesto a la construcción de cualquier templo en suelo público", indica.

El principal argumento empleado por Rivas es la naturaleza del terreno, pero los carteles que informaban de la asamblea utilizaban otro mensaje, extraído de recortes de prensa. "Mil islamistas están asentados en España como cantera de terroristas", decía uno de los titulares. Rivas lo explica así: "Ese cartel está construido con lo que los vecinos han traído a la asociación porque sienten miedo, pero en la convocatoria no se nombra la palabra asesinos".