Una exposición para el gusto y el olfato

El químico Darío Sirerol ha sido el encargado de recrear los aromas que impregnan el olfato de los visitantes de La ciencia en el mundo andalusí. Cuenta que el olfato es un sentido minusvalorado en la sociedad actual: "No estamos concienciados de que acabamos tomando grandes decisiones a través del gusto y del olfato... Creemos que la vista es el único sentido importante, que el 90% de todo lo que nos rodea llega a través de la vista".

Sirerol sostiene que su profesión es la de "diseñador de olores". Doce evaporadores situados estratégicamente en el recorrido de la exposición rec...

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El químico Darío Sirerol ha sido el encargado de recrear los aromas que impregnan el olfato de los visitantes de La ciencia en el mundo andalusí. Cuenta que el olfato es un sentido minusvalorado en la sociedad actual: "No estamos concienciados de que acabamos tomando grandes decisiones a través del gusto y del olfato... Creemos que la vista es el único sentido importante, que el 90% de todo lo que nos rodea llega a través de la vista".

Sirerol sostiene que su profesión es la de "diseñador de olores". Doce evaporadores situados estratégicamente en el recorrido de la exposición recrean los aromas andalusíes.

En el Salón Rico de la ciudad califal de Medina al Zahra, huele a incienso y a jazmín; en la biblioteca en la que trabajaban los alquimistas, a azufre y fósforo; en el taller de los maestros constructores granadinos, a maderas importadas de la lejana Asia; en el jardín y en la huerta; a la flor del naranjo, a azahar, "una de las plantas más representativas de la cultura andalusí", según este diseñador de olores.

Ésta no es la primera vez que Sirerol trabaja en una exposición. Hace siete años, organizó otra muestra en colaboración con la Fundación la Caixa, titulada Los aromas de Al-Ándalus. Esta exposición, que todavía continúa su periplo por toda España y que ya han visitado más de dos millones de personas, estuvo instalada en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba.

Además, Darío Sirerol, químico de formación, también hace otras incursiones que se salen de lo común. Acaba de regresar de la feria gastronómica que se celebró la semana pasada en el Auditorio del Kuursal de San Sebastián. "Preparé 25.000 tapas virtuales para acompañar con distintos vinos", explica. Tapas que se olían y que, seguro, no engordaban.

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