Reportaje:Aulas

70 habitantes, 22 estudiantes

Una aldea de Huelva estrena en la casa del párroco un centro de educación de adultos de entre 18 y 86 años

Los vecinos de Fuente de la Corcha, una aldea de 70 habitantes perteneciente al municipio de Beas (Huelva), cuentan este año por primera vez con un centro de adultos en el que están matriculados 22 alumnos, de 18 a 86 años. Aunque la aldea tiene pocos habitantes existía entre los vecinos desde hacía varios años una fuerte demanda para que se abriera un centro de adultos. De momento, se ha llevado a cabo con los recursos existentes en la aldea. Las clases se imparten en la casa del párroco. En Andalucía existen 660 centros de adultos y 144 institutos en los que también se acuden mayores. En tot...

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Los vecinos de Fuente de la Corcha, una aldea de 70 habitantes perteneciente al municipio de Beas (Huelva), cuentan este año por primera vez con un centro de adultos en el que están matriculados 22 alumnos, de 18 a 86 años. Aunque la aldea tiene pocos habitantes existía entre los vecinos desde hacía varios años una fuerte demanda para que se abriera un centro de adultos. De momento, se ha llevado a cabo con los recursos existentes en la aldea. Las clases se imparten en la casa del párroco. En Andalucía existen 660 centros de adultos y 144 institutos en los que también se acuden mayores. En total son 121.530 adultos atendidos por 2.007 maestros.

Fuente de la Corcha es una gran familia, su gente está acostumbrados a compartir, afirmó ayer Elena González Nieto, profesora del centro. También en Candón, una aldea próxima del mismo término municipal con menos de un centenar de habitantes, hay un centro de adultos desde hace tres años. Ambos dependen del centro de adultos de Beas, donde trabajan tres profesoras. Dos de ellas se desplazan cada día hasta estas aldeas, a unos 14 kilómetros.

Elena González Nieto ha organizado sus clases en dos grupos. En el primero hay una mezcla entre alumnos analfabetos, otros que tienen conocimientos básicos y un grupo que pretende obtener el título de secundaria. En el segundo, algunos se preparan para el carné de conducir porque su nivel es muy bajo para ir a una academia. Para la profesora lo mejor del nuevo centro es la ilusión que han depositado en él toda la aldea. "Se ha abierto de manera precaria, pero están muy contentos porque tienen las mismas oportunidades que en Beas".

"Aquí no tienen muchas alternativas. La aldea es muy pequeña y no hay prácticamente nada. Algunos se desplazaban hasta Beas como podían para ir a clase, pero al final abandonaban porque les resultaba cansado", asegura Elena González. En Candón hay 22 alumnas, todas mujeres. La más joven tiene 50 años. "Tienen muy buen nivel. Se acuerdan de muchas cosas y se alegran cuando se dan cuenta de que saben más de lo que imaginaban. Su principal objetivo es aprender, ejercitar la memoria, no estancarse en lo que saben y esa actitud es muy positiva para cualquier profesor", afirma su profesora, María José Rosa Romero. Según la profesora de Beas, los adultos requieren una enseñanza más personalizada. "Nunca te vas a encontrar a dos alumnos con el mismo nivel y tienes que trabajar casi con cada uno de forma especial", precisa.

Las profesoras trabajan por bloques temáticos. Mantienen una reunión al principio del curso con María España, responsable del centro de Beas, para que las materias en todos los centros sean homogéneas.

Hasta final de año tratarán el cuerpo humano y el año que viene cada centro abordará el origen histórico de las aldeas. "Es importante que sean temas que les interesen. Por ejemplo, ahora que tratamos el cuerpo humano, hemos hablado de los huesos, de las enfermedades, algo que a las personas mayores les toca de lleno", indica Rosa Romero.

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En Fuente de la Corcha hasta la alcaldesa pedánea (PSOE), Carmen Bautista, de 47 años, asiste a clase. Quiere obtener el título de secundaria. "Ahora que me han hecho alcaldesa pedánea me lo he tomado aún con más seriedad. Todo lo que aprenda aquí me va a servir mucho", dice Bautista. "Cuando era niña no tuve la oportunidad de ir al colegio todo lo que hubiese querido y es muy hermoso aprender. Yo no sabía que se me daba tan bien la literatura", añadió. A la alcaldesa le gusta tanto aprender que este año ha matriculado a su madre, de 86 años, María Linero.

A Ana Gómez, de 61 años y alumna de Candón, las clases le han ayudado a recordar. "La mayoría de nuestros hijos han salido a estudiar fuera y creo que eso ha motivado a las madres que venimos a aquí a tener esa inquietud de conocer más cosas, de saber".

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