Crítica:CONTEMPORÁNEA

Cumpleaños de cine

Noche de cine. Para celebrar sus 60 años, Michael Nyman se ha regalado una gira con las bandas sonoras escritas para películas de Peter Greenaway (Prospero's books), Neil Jordan (The end of the affair) o Michael Winterbottom (Wonderland). Primero salen los músicos. Aplausos. Se sientan ante los atriles y afinan. Silencio. Aparece Nyman. Más aplausos, sólo para él.

El compositor y pianista londinense dividió el programa en dos partes. La primera, más lírica, clásica y conservadora. Surgía su nervio, aquella manera de componer que provoca adhesiones y crispación, en ...

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Noche de cine. Para celebrar sus 60 años, Michael Nyman se ha regalado una gira con las bandas sonoras escritas para películas de Peter Greenaway (Prospero's books), Neil Jordan (The end of the affair) o Michael Winterbottom (Wonderland). Primero salen los músicos. Aplausos. Se sientan ante los atriles y afinan. Silencio. Aparece Nyman. Más aplausos, sólo para él.

El compositor y pianista londinense dividió el programa en dos partes. La primera, más lírica, clásica y conservadora. Surgía su nervio, aquella manera de componer que provoca adhesiones y crispación, en unos inicios de tempestad que, casi de inmediato, remitían en brisa. Hasta que llegó Prospero's books, con sus repeticiones frenéticas y obsesivas.

Michael Nyman Band

Michael Nyman (piano), Nigel Gomm (trompeta), David Roach y Simon Haram (saxo alto y soprano), David Lee (trompa), Catherine Thompson y Gabrielle Lester (violín), James Boyd (viola), Anthony Hinnigan (chelo), Nigel Barr (trombón), Martin Elliot (bajo eléctrico) y Andrew Findon (saxo barítono y flauta). Centro Cultural de la Villa. Madrid, 27 de noviembre.

Nyman posee un vasto conocimiento de la música erudita y se ha especializado en el buen uso de sus clásicos. Tiene un estilo de componer para la pantalla que se ha ido atenuando desde El piano. Con tres piezas de su premiada banda sonora abrió la segunda parte. Abismal la diferencia entre lo que escribió para la película de Jane Campion y sus ocurrencias de años antes para El contrato del dibujante. Quizá no sienta la necesidad de tensar la cuerda como cuando debía abrirse paso o es que no ha vuelto a tener la libertad de la que gozó con Greenaway. Pero la música sigue siendo poderosa. Llevada en volandas por el piano percusivo, metales grandilocuentes y cuerdas rítmicas hasta un espléndido Drowning by numbers.

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