Reportaje:

Navidad a ritmo de 'gospel'

Las luces navideñas de Barcelona dejan la modernidad y vuelven a la tradición

La Navidad llegó ayer oficialmente a Barcelona con el encendido de luces en las principales calles de la ciudad. Abetos, estrellas fugaces y lazos sustituirán los diseños más vanguardistas ensayados el año pasado, que no tuvieron muy buena acogida entre la población. Las únicas calles donde la innovación ha ganado el pulso a la tradición han sido el paseo de Gràcia, con diseños de Mariscal, y La Rambla, con unos enormes globos ideados por Dani Freixa.

El pistoletazo de salida lo dio Joan Clos, que apretó el botón de encendido de las luces de Navidad del Ayuntamiento. El alcalde, quién s...

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La Navidad llegó ayer oficialmente a Barcelona con el encendido de luces en las principales calles de la ciudad. Abetos, estrellas fugaces y lazos sustituirán los diseños más vanguardistas ensayados el año pasado, que no tuvieron muy buena acogida entre la población. Las únicas calles donde la innovación ha ganado el pulso a la tradición han sido el paseo de Gràcia, con diseños de Mariscal, y La Rambla, con unos enormes globos ideados por Dani Freixa.

El pistoletazo de salida lo dio Joan Clos, que apretó el botón de encendido de las luces de Navidad del Ayuntamiento. El alcalde, quién sabe si invadido por el espíritu navideño, no dudó en marcarse unos pasos durante el acto, amenizado por un coro de gospel.

En la plaza de Sant Jaume ya puede adivinarse la forma que tomará el no tan típico pesebre de este año, cuya inauguración está prevista para el próximo miércoles. Las figuras de María, José y el Niño convivirán con estatuas que representan de forma plana a ciudadanos de a pie.

Un total de 81 kilómetros de calles barcelonesas estarán engalanados e iluminados hasta el 6 de enero. Un derroche de energía que se ha querido subsanar instalando en la calle de Petritxol y en la plaza de Sant Jaume una trama de hilos luminosos de bajo consumo. El coste de la energía consumida será de 64.000 euros.

Coincidiendo con el Día Internacional sin Compras, el Portal de l'Àngel estaba ayer saturado de padres, madres, hijos y amigos haciendo acopio de regalos. Y aunque algunas luces fallaron en el día de su estreno, en las calles del centro de la ciudad ya se respira la llegada de la Navidad. Los músicos callejeros han cambiado las canciones revival por los villancicos y en los escaparates de las tiendas se desea un feliz 2005.

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